Los gobiernos de Perú y Bolivia dejaron sentada su posición de no votar a favor del chileno José Miguel Insulza, convertido ahora en el único candidato a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), por temas no resueltos del pasado. El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Juan Ignacio Siles, a través de un comunicado emitido desde Quito, afirmó que su país "no puede, bajo ninguna circunstancia, sumarse a dicho consenso (a favor de Insulza), puesto que entre Chile y Bolivia existen temas históricos pendientes". En clara alusión al reclamo marítimo que mantienen La Paz y Santiago, el ministro dijo que los asuntos entre ambas naciones "aún 126 años después del inicio de la Guerra del Pacífico, no han sido resueltos"
Un día antes, el Perú anunció su postura de no votar a favor de la candidatura chilena a la luz de las investigaciones peruanas que concluyeron que el país del sur sí vendió armas a Ecuador en pleno conflicto con Perú en 1995. Con estos argumentos se presenta una profunda contradicción: hace tres meses atrás se firmó la Declaración Política por medio de la cual se dio origen a la Comunidad Sudarmericana de Naciones, firmantes todos los gobiernos de América del Sur, para promover la integración, unidad y cooperación regional. Y cuando logra un candidato de la Región ser el epicentro de un consenso desde una mirada de pequeños cálculos de interés se restan en su apoyo. Bendita integración dice uno.
Un día antes, el Perú anunció su postura de no votar a favor de la candidatura chilena a la luz de las investigaciones peruanas que concluyeron que el país del sur sí vendió armas a Ecuador en pleno conflicto con Perú en 1995. Con estos argumentos se presenta una profunda contradicción: hace tres meses atrás se firmó la Declaración Política por medio de la cual se dio origen a la Comunidad Sudarmericana de Naciones, firmantes todos los gobiernos de América del Sur, para promover la integración, unidad y cooperación regional. Y cuando logra un candidato de la Región ser el epicentro de un consenso desde una mirada de pequeños cálculos de interés se restan en su apoyo. Bendita integración dice uno.
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