jueves, junio 23, 2005

Vaticinan un ataque nuclear devastador: Ocurrirá la próxima década

El mundo es menos seguro hoy de lo que era la noche previa a la caída del muro de Berlín. Y lo será menos aún en los próximos años. Al punto de que existe un 70% de posibilidades de que se desencadene un ataque nuclear (o quizá radiológico, químico o biológico) dentro de los próximos 10 años, concluyeron 85 expertos en armamentos y relaciones internacionales encuestados por el Congreso de Estados Unidos. El ataque podría provenir de uno de los cinco países que, se da por hecho, desarrollarán armas nucleares o de destrucción masiva en la próxima década o, todavía más probable, de algún grupo terrorista como Al-Qaeda, que podría obtener una “bomba sucia” en el temible mercado negro internacional, coincidieron los analistas. Los potenciales agresores son algunos de los sospechosos de siempre: Osama ben Laden y sus seguidores; algunos de los países del denominado "eje del mal": Irán, Corea del Norte, Libia, Sudán y Siria, entre otros. No aparece en la lista ningún país u organización de América latina, de acuerdo con la exhaustiva encuesta, cuya copia obtuvo el diario LA NACION de Buenos Aires, y que considero atingente su lectura. El estudio, ordenado por el titular del influyente Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Richard Lugar, muestra que la amenaza de un atentado es "real y creciente a través del tiempo" y que para reducir el riesgo de un ataque de consecuencias imprevisibles deben potenciarse los programas internacionales de no proliferación de armas. "Incluso si triunfamos de manera espectacular en la construcción de la democracia alrededor del mundo, aportando estabilidad a Estados fallidos y difundiendo oportunidades económicas amplias, no estaremos seguros ante las acciones de grupos pequeños y desconectados que adquieran armas de destrucción masiva", estimó el republicano Lugar. La encuesta registra las conclusiones de 85 respetados diplomáticos, académicos o analistas en relaciones internacionales, geopolítica, fuerzas armadas o control armamentístico, estadounidenses en su mayoría. Entre ellos, figura el funcionario más alto de la administración de George W. Bush en el área de no proliferación, Robert Joseph, los ex secretarios de Defensa William Cohen y Frank Carlucci, el ex director de la CIA James Woolsey, el general retirado Norman Schwarzkopf, el ex jefe inspector de armas en Irak Richard Butler y también un argentino: el académico Roberto Russell. "Paraísos de terroristas" Los analistas estimaron que el riesgo de un ataque nuclear es, en promedio, del 16,6% dentro los próximos cinco años, y del 29,2%, antes de 2015. Pero si se combinan las chances de un ataque o atentado nuclear, radiológico (la "bomba sucia"), biológico o químico, el riesgo asciende al 50%, en cinco años, y al 70%, durante la próxima década. ¿Cómo sería eso posible? Cuatro de cada diez expertos cree que bastaría con combinar un explosivo convencional, como dinamita, con material radiactivo, sin mencionar que para entonces ciertos países sospechados de ser "paraísos de terroristas" podrían acceder al temido "club nuclear". Ese selecto club incluye, hasta ahora, a Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China, mientras que se presume que Israel, India y Paquistán también desarrollaron este tipo de armamento, aunque no lo confirmen de manera oficial, y Corea del Norte afirma que también lo ha logrado. Irán es uno de los países lanzado a desarrollar un programa nuclear, en teoría para fines pacíficos, aunque Estados Unidos y otras potencias sospechan que el régimen de Teherán aspira a armar, al menos, una bomba. Ese riesgo quedó descartado en América latina, concluyeron los expertos, más allá del plan nuclear de Brasil o de las desafiantes declaraciones recientes del presidente venezolano, Hugo Chávez, sobre la necesidad de desarrollar un programa atómico. "Ningún experto apuntó al hemisferio occidental como un foco de riesgo", dijo a LA NACION uno de los responsables de redactar el informe final que presentó Lugar. Para Estados Unidos, el riesgo es "claro y actual", según concluyó casi en simultáneo con Lugar un comité de la Cámara de Representantes del Congreso, en el que otros académicos criticaron los sistemas de prevención y detección de amenazas que impulsó la Casa Blanca desde los ataques de septiembre de 2001. Así, el físico del Laboratorio Nacional de Los Alamos y jefe del grupo de trabajo que armó el Departamento de Defensa para prevenir un ataque terrorista con armas nucleares lamentó que los sistemas de detección de radiación que se instalaron en todo el país "son bastante limitados en sus capacidades y, en general, insuficientes para la tarea". Los contenedores que llegan a los puertos estadounidenses, pero en especial la frontera terrestre con México, concentran los esfuerzos y millones de dólares del Departamento de Seguridad para prevenir un ataque, mientras que la Casa Blanca pide al Congreso otros 227 millones de dólares para crear en 2006 una Oficina de Detección Nuclear Doméstica. Lugar se sumó al reclamo por más fondos. Pero también pidió más compromiso de la Casa Blanca y de los principales actores internacionales para "identificar y crear oportunidades para desmantelar los programas peligrosos de armamento fuera de la ex Unión Soviética", en la que surgió un mercado negro apenas concluida la Guerra Fría, por ejemplo, en Kazakhstán. Pero para lograr esa coordinación, estimó, "se necesita todos los días una diplomacia persistente, en los niveles más altos de nuestro gobierno, si queremos tener éxito". Los expertos consultados, sin embargo, se mostraron pesimistas. Casi la mitad de ellos (46,6%) cree incluso que los esfuerzos de cooperación internacional se redujeron a lo largo de 2004, contra el 32% que estima que aumentaron.

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