En su edición del día de hoy el diario La Razón de Bolivia, trae el siguiente artículo:
En 1836 nacía la Confederación Perú Boliviana, el anhelado sueño del Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana. Tras 169 años de historia, los países que fueran un día una sola nación, hoy caminan por vías distintas. Perú, de ser un aliado estratégico, pasó ahora a convertirse en el principal competidor de Bolivia en el campo energético. Ésa es por lo menos la percepción que tienen varios analistas, quienes coinciden en asegurar que, una vez más, la vecina nación estaría jugando más el rol de competidor que de aliado estratégico de Bolivia. Un elemento para sostener esta hipótesis es el hecho de que Perú haya aceptado abastecer de gas —pese a no contar con las suficientes reservas— a los países del Mercado Común del Sur a través de la construcción de un gasoducto entre la ciudad peruana de Pisco y Tocopilla, en el norte chileno.
La creación de este "anillo energético" o Gasoducto del Sur, que permita abastecer de gas a los países del Cono Sur, ha puesto a Perú en campaña para asegurar mercados e inversiones para su fuente más importante: Camisea. Contrariamente a la opinión expuesta por los expertos en temas hidrocarburíferos, el Gobierno aseguró que Perú fue, es y seguirá siendo un aliado, especialmente en materia gasífera. El viceministro de Relaciones Económicas Internacionales, Isaac Maidana, precisó que el Gobierno analizará "en un marco amistoso y constructivo" el último tratado de integración bilateral firmado el 2004. Específicamente se revisará el artículo 56, referido a concretar la integración energética, basada en la complementariedad y cuyo objetivo es permitir adecuarse al nuevo escenario regional. El historial de las relaciones boliviano-peruanas se remonta a una antiquísima y común matriz cultural y étnica, que permitió a lo largo del tiempo la consolidación de alianzas estratégicas en los planos político y económico comercial entre ambos países. Políticamente, Perú llegó a jugar un rol importante para Bolivia en el sensible tema marítimo. De ello da cuenta, entre otros, la campaña de 1879 y el tratado de 1929 que posibilitó la resolución de la cuestión de Tacna y Arica. Así también, como parte de una política de apertura al libre comercio, en 1992, el ex presidente peruano Alberto Fujimori concedió a Bolivia una zona franca en el puerto de Ilo, además de cinco kilómetros de playa denominada Boliviamar. Estos son algunos de los hitos históricos que le permitieron a Perú ganarse el denominativo de aliado estratégico de Bolivia. En materia comercial, las relaciones entre ambos países, de ser ricas en complementariedad durante las décadas del 80 y 90, fueron decayendo a partir de 1999, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Gary Rodríguez, gerente del IBCE, explicó que el incumplimiento de acuerdos bilaterales, suscritos en el marco de la Comunidad Andina de Naciones, acabaron por crear un sentimiento de frustración en Bolivia. Dicha situación llegó incluso al Tribunal Andino de Justicia, que en pocos días deberá emitir un fallo. Dichos incumplimientos derivaron en una situación deficitaria para Bolivia. Entre 1999 y 2004 el saldo neto en el intercambio comercial con Perú arroja un déficit de 151 millones de dólares en contra de Bolivia, según el IBCE. Empero, en política internacional la principal obligación de los Estados es cuidar los intereses nacionales internos. Ello está en la naturaleza de los vínculos entre Estados, sostuvo el ex canciller Javier Murillo de la Rocha. La demanda regional de gas es el más cercano ejemplo de aquello, y de la competencia que puede generar un recurso natural potencial en pocos países de Latinoamérica. En ese escenario se encuentra Perú, que hasta no hace mucho se declaró oficialmente aliado estratégico de Bolivia en materia energética. El presi- dente peruano Alejandro Toledo ofreció a Bolivia la instalación conjunta de una planta de licuefacción de gas sobre el Pacífico y la salida del gas boliviano por puerto peruano. Pero, en la coyuntura actual, de demanda creciente entre países vecinos como Chile, Argentina y Brasil, el Perú habría dado un viraje. Según el analista Carlos Aberto López , "Perú está librando una política competitiva con Bolivia" dentro del mercado de exportación de gas regional, aspecto que para el experto Álvaro Ríos es algo natural. Empero, López señaló que Perú "siempre ha sido un competidor, que, además, ha sabido utilizar las divisiones internas en Bolivia para situarse en posición estratégica y ventajosa". En medio de esta competencia abierta, Bolivia, por su parte, está prácticamente detenida en la carrera y va contra el reloj, como el propio Gobierno lo admitió la pasada semana. La política del ex presidente Carlos Mesa denominada "gas por mar" abrió paso a un nuevo espacio de relaciones con Perú y cerró cualquier posibilidad de exportación de gas vía Chile.
La creación de este "anillo energético" o Gasoducto del Sur, que permita abastecer de gas a los países del Cono Sur, ha puesto a Perú en campaña para asegurar mercados e inversiones para su fuente más importante: Camisea. Contrariamente a la opinión expuesta por los expertos en temas hidrocarburíferos, el Gobierno aseguró que Perú fue, es y seguirá siendo un aliado, especialmente en materia gasífera. El viceministro de Relaciones Económicas Internacionales, Isaac Maidana, precisó que el Gobierno analizará "en un marco amistoso y constructivo" el último tratado de integración bilateral firmado el 2004. Específicamente se revisará el artículo 56, referido a concretar la integración energética, basada en la complementariedad y cuyo objetivo es permitir adecuarse al nuevo escenario regional. El historial de las relaciones boliviano-peruanas se remonta a una antiquísima y común matriz cultural y étnica, que permitió a lo largo del tiempo la consolidación de alianzas estratégicas en los planos político y económico comercial entre ambos países. Políticamente, Perú llegó a jugar un rol importante para Bolivia en el sensible tema marítimo. De ello da cuenta, entre otros, la campaña de 1879 y el tratado de 1929 que posibilitó la resolución de la cuestión de Tacna y Arica. Así también, como parte de una política de apertura al libre comercio, en 1992, el ex presidente peruano Alberto Fujimori concedió a Bolivia una zona franca en el puerto de Ilo, además de cinco kilómetros de playa denominada Boliviamar. Estos son algunos de los hitos históricos que le permitieron a Perú ganarse el denominativo de aliado estratégico de Bolivia. En materia comercial, las relaciones entre ambos países, de ser ricas en complementariedad durante las décadas del 80 y 90, fueron decayendo a partir de 1999, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Gary Rodríguez, gerente del IBCE, explicó que el incumplimiento de acuerdos bilaterales, suscritos en el marco de la Comunidad Andina de Naciones, acabaron por crear un sentimiento de frustración en Bolivia. Dicha situación llegó incluso al Tribunal Andino de Justicia, que en pocos días deberá emitir un fallo. Dichos incumplimientos derivaron en una situación deficitaria para Bolivia. Entre 1999 y 2004 el saldo neto en el intercambio comercial con Perú arroja un déficit de 151 millones de dólares en contra de Bolivia, según el IBCE. Empero, en política internacional la principal obligación de los Estados es cuidar los intereses nacionales internos. Ello está en la naturaleza de los vínculos entre Estados, sostuvo el ex canciller Javier Murillo de la Rocha. La demanda regional de gas es el más cercano ejemplo de aquello, y de la competencia que puede generar un recurso natural potencial en pocos países de Latinoamérica. En ese escenario se encuentra Perú, que hasta no hace mucho se declaró oficialmente aliado estratégico de Bolivia en materia energética. El presi- dente peruano Alejandro Toledo ofreció a Bolivia la instalación conjunta de una planta de licuefacción de gas sobre el Pacífico y la salida del gas boliviano por puerto peruano. Pero, en la coyuntura actual, de demanda creciente entre países vecinos como Chile, Argentina y Brasil, el Perú habría dado un viraje. Según el analista Carlos Aberto López , "Perú está librando una política competitiva con Bolivia" dentro del mercado de exportación de gas regional, aspecto que para el experto Álvaro Ríos es algo natural. Empero, López señaló que Perú "siempre ha sido un competidor, que, además, ha sabido utilizar las divisiones internas en Bolivia para situarse en posición estratégica y ventajosa". En medio de esta competencia abierta, Bolivia, por su parte, está prácticamente detenida en la carrera y va contra el reloj, como el propio Gobierno lo admitió la pasada semana. La política del ex presidente Carlos Mesa denominada "gas por mar" abrió paso a un nuevo espacio de relaciones con Perú y cerró cualquier posibilidad de exportación de gas vía Chile.
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