viernes, julio 01, 2005

Italia: fotografían un ataque de pánico

Para 37 millones de italianos, ahora es tiempo de vacaciones. Y para otros 2 millones tiempo de miedo. Miedo de salir, de tomar un avión (por sobre todas las cosas), pero también un automóvil, el Metro o el barco. Detrás de este trastorno está el temor a cambiar los hábitos personales y las certezas cotidianas. Se aterran ante la idea de tener que pasar sus vacaciones en un lugar desconocido, sin ningún punto de referencia. El miedo de salir de vacaciones, por absurdo que pueda parecer, no es más que una de las manifestaciones del "ataque de pánico", un síndrome del que sufre el 3 por ciento de la población italiana. Las mujeres, en relación a los hombres, son doblemente proclives a sufrir este trastorno. Pero ¿es que se trata de una ansiedad que surge de la nada? En realidad, durante estos ataques de pánico, el cerebro vive desarreglos profundos. "Se activan áreas como la región frontal inferior y el hipocampo" explica Stefano Bastianello, director del servicio de Neurorradiología de la Universidad de Pavia, que logró fotografiar junto con sus colegas un ataque de pánico dentro del cerebro, utilizando la resonancia magnética funcional. "Para quien sufre ataques de pánico, basta con muy poco. Es suficiente pensar en la causa del propio temor, como imaginar por ejemplo que se va a tomar un avión, para que se desencadenen toda una serie de alteraciones anatómicas y psicológicas, como la ansiedad, la falta de aire, el vértigo, el dolor en el pecho, la transpiración y los temblores. En una palabra, se trata de una sensación de muerte inminente".Los voluntarios que se sometieron a la resonancia magnética fueron expuestos a las imágenes de sus temores. Luego de lo cual a los médicos les bastó con observar la cascada de reacciones que se iniciaba en su cerebro aterrado, con la activación del llamado "sistema límbico", una red de la región cerebral que se convulsiona durante el ataque de pánico. El equipo investigador de la unidad italiana de ataques de pánico en Paideia, está convencido de que algo que juega un papel clave es el anhídrido carbónico, el gas de salida que uno emite con la espiración. En aquellos lugares con mucha gente o cerrados, como ascensores y subterráneos, o en lugares presurizados, como el interior de un avión, las concentraciones de este gas llegan a niveles mucho más altos de lo normal. Algunos receptores de nuestro cerebro registran una cantidad nociva de este aire y lanzan una alarma, un código rojo instantáneo. El temor de esta gente y no siempre tiene que ver con la seguridad del medio en el que se encontrarán. El miedo tiene más que ver con el tener que renunciar a lo cotidiano, a todo aquello que es visto con certeza. Temen ir hacia lo desconocido, hacia lugares en donde no esté garantizada ninguna posibilidad de fuga". Para librarse de este trastorno la gente recurre por lo general a fármacos y a la psicoterapia. Una bunea investigación para poder encontrar cura, tratamiento adecuado al "ataque de pánico" que está creciendo a tasas alarmantes a nivel mundial. En Chile, por ejemplo, leí varios reportajes en esta dirección.

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