domingo, julio 17, 2005

La economía mundial entra en zona de burbujas

Hoy el diario El Clarin de Buenos Aires, trae un extenso artículo sobre el estado de la economía mundial que recomiendo su lectura:
Las ganancias de las empresas aumentan en el mundo (Japón, Europa, EE.UU), pero la inversión sigue débil. "Resultado: las empresas, como agregado, ahora son ahorradores netos, en vez de tomadores de deuda netos" dijo la semana pasada la revista The Economist. Las empresas no son las únicas que están ahorrando fuerte. También algunas naciones de población madura como Japón y Alemania ahorran mucho para pagarles a sus futuros jubilados. China recibe una lluvia de dinero por su superávit comercial de más de 70.000 millones de dólares, pero no lo dedica a fines internos tales como elevar los niveles de consumo de su población: lo convierte en bonos del tesoro estadounidense. En el último año, el alza de los precios del petróleo les dio a países como Arabia Saudita y Rusia fondos inesperados. Esa enorme liquidez extra no se está destinando a más exploración u otros usos productivos, sino que se recicla en mercados financieros. Los ahorros del mundo, calculados por el FMI en 24,9% del PBI, están muy por encima de su promedio de largo plazo. Esa novedosa situación está llevando a algunos economistas líderes a diagnosticar que el mundo está bajo los efectos de una sobreoferta mundial de ahorro (concepto que habrá que registrar, ya que en las últimas semanas se ha convertido en la fórmula standard para describir la actual situación económica del mundo). "Demasiado dinero" tituló el lunes Business Week su tapa.DesequilibrioLo más inquietante para algunos economistas es que la mayor parte de esos ahorros extra vayan a un solo país, y sean decisivos para sostener la moneda de la mayor economía del mundo. Los EE.UU., cuyo déficit de cuenta corriente totalizó 668.000 millones de dólares el año pasado (5,7% del PBI), absorben casi las tres cuartas partes del excedente del ahorro mundial. El temor de economistas como Paul Samuelson (columna) es que en algún punto los inversores y gobiernos del exterior cambien de idea respecto de colocar sus ahorros en bonos estadounidenses, desatando una caída del dólar y haciendo subir las tasas de interés, con la consiguiente perspectiva de una recesión en la mayor locomotora económica del mundo. Cuando, en el primer trimestre de este año Corea y Japón indicaron que se proponían pasar a euros parte de sus ahorros, el dólar sintió el temblor. La situación incómoda en que quedó el euro en junio tras los referendums en Europa permitió al dólar rehacerse, pero muchos analistas sostienen que el peligro no desapareció, sino que se postergó para más adelante. La llamada "sobreoferta mundial de ahorro" es una de los argumentos que se invocan para explicar lo que hace poco el presidente de la Reserva Federal estadounidense Alan Greenspan calificó de un enigma: que las tasas de interés de largo plazo en los EE.UU. sigan bajas, pese a que la Fed está elevando las de corto plazo. Normalmente, existe un premio que el inversor demanda por la incertidumbre de tener bonos de largo plazo, pero por estos días el rendimiento de los bonos estadounidenses a diez años está muy cerca de la tasa overnight. Esa sorprendente declinación del costo del dinero abarató en los últimos años el crédito hipotecario y alimentó la expansión inmobiliaria que muchos analistas ven como una burbuja a punto de estallar.

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