Lula cae en encuentas

Una nueva encuesta de la consultora Datafolha, publicada en San Pablo, reveló que el presidente Lula da Silva conserva aún la aprobación de la mayoría de los electores (60%). Pero la crisis por denuncias sucesivas de corrupción en el gobierno y el Congreso, empiezan a afectar su imagen.Comparada con la anterior consulta del 16 de junio, hoy se redujo la cantidad de brasileños que creen en la sinceridad y honestidad del jefe de Estado. Un 62% de los consultados aseguró que confía aún en la honradez de Lula; pero hace un mes, era un 73%. En un movimiento simultáneo, subió el porcentaje de quienes ven al gobierno como pésimo (fue de 19% a 23%). Pero se mantiene estable la buena evaluación de la gestión Lula: 35% la considera excelente y 40% regular. Para 70% de los brasileños, Lula da Silva tiene poca o ninguna responsabilidad en los casos de corrupción, lo que indica que la figura presidencial continúa todavía a salvo. En cambio, la imagen del Congreso es la peor en los últimos 12 años: 46% de los entrevistados dijeron que la actuación parlamentaria es "mala o pésima". El 36% cree que el trabajo de diputados y senadores es regular. Las impresiones negativas sobre el Parlamento pegaron un salto significativo entre junio y julio. Esto sin duda se debe al impacto de la probable existencia de "sobresueldos" distribuidos por los partidos políticos entre sus congresistas. Las críticas a los sobornos o a los salarios adicionales fueron denunciadas por el ex presidente del Partido Laborista de Brasil (PTB), el diputado Roberto Jefferson. Este legislador, que formaba parte de la alianza oficialista, involucró a colegas de otras agrupaciones, entre ellas, el Partido Progresista y el Partido Liberal. Las declaraciones de Jefferson tuvieron amplia repercusión nacional y la empresa Datafolha así lo revela en la encuesta publicada ayer: 84 por ciento de los brasileños consultados dijeron conocer las acusaciones realizadas por el diputado. Lo más complicado para el gobierno es el empeoramiento grave de la imagen del Partido de los Trabajadores entre los ciudadanos de Brasil. En junio era 56% los que creían que la organización pagaba "salarios extras"; hoy, 67% dice que el PT daba adicionales (o sobornos) a los congresistas de la coalición, incluidos los del propio partido. Los resultados de la encuesta sugieren el aumento del descrédito de la política y de los políticos que se traduce en una creciente desconfianza de los brasileños en sus instituciones democráticas. Para los especialistas, Brasil vive una crisis de representación política, por la incapacidad de los partidos de actuar como mediadores entre la sociedad y el gobierno; y por el interés volcado más a cuestiones particulares o partidarias.