
Naciones Unidas ha anunciado un aumento de su llamamiento internacional de ayuda de emergencia para afrontar la crisis alimentaria en Níger, pasando de 16 a 32 millones de dólares, y ha denunciado que los donantes internacionales sólo han comprometido 10 millones desde que se lanzó el primer llamamiento en mayo. La ONU ha advertido de que 150.000 niños pueden morir si no llega ayuda alimentaria al país, que sufre los efectos de una grave sequía y una plaga de langostas. Para el coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jan Egeland, Níger es "la número uno entre las emergencias olvidadas e ignoradas del mundo". La ONU ha explicado que el aumento de fondos solicitado a la comunidad internacional es necesario para responder a la emergencia y ha especificado que el Programa Mundial de Alimentos (PAM) quiere triplicar el número de personas que se benefician de sus operaciones. La organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) ha denunciado que hace ya 10 meses, en octubre de 2004, "el Gobierno nigeriano y los países donantes anunciaron que un cuarto de la población, unos 3,5 millones de personas, vivía bajo la amenaza de una hambruna".MSF ha indicado que el cereal básico de la dieta local, "es inaccesible para la mayoría de familias afectadas" y ha lamentado que diez meses después del comienzo de la crisis, "no se ha producido todavía ninguna distribución gratuita de comida para las familias con menos recursos". Esta ONG ha pedido al Gobierno de Níger, a los países donantes y a las otras organizaciones de ayuda que pongan en marcha "programas de emergencia para asistir a las poblaciones más amenazadas por esta hambruna", que "se organicen distribuciones de comida" y que "se permita el acceso gratuito a la atención médica a los niños menores de cinco años", pues en este país hay que pagar para recibir asistencia sanitaria.Las encuestas de mortalidad retrospectivas desarrolladas por Epicentre y MSF durante el mes de abril en las regiones de Keita, Dakoro y Mayayi mostraron que los índices de mortalidad entre niños menores de 5 años estaban ya por encima del nivel de emergencia (que se considera cuando se producen 2 muertes diarias por cada 10.000 personas) en una época del año en que los índices de enfermedades suelen ser bajos. Además, la diarrea y la malaria aparecerán cuando la estación lluviosa llegue, con el consiguiente debilitamiento de los niños cuya salud ya está deteriorada por la falta de alimentación.
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