Este es un artículo de la BBC:
Uno de los sospechosos por los atentados en Londres presuntamente asistió a una escuela islámica en Pakistán. El gobierno británico ha expresado su preocupación por lo que ocurre en esas academias religiosas, llamadas madrazas. El ministro de relaciones exteriores británico Jack Straw dijo que el presidente paquistaní, General Pervez Musharraf compartía dicha preocupación. El gobierno paquistaní confirmo que uno de los sospechosos estuvo en ese país durante cuatro meses. Tres de los sospechosos identificados hasta el momento son británicos de ancestro paquistaní.
Financiadas por Estados Unidos
Los estimativos sobre el numero de escuelas islámicas en Pakistán varían. El gobierno de ese país afirma que son cerca de 10,000, pero un destacado político paquistaní dice que la figura es el doble de eso. Las madrazas fueron anteriormente financiadas por Arabia Saudita y Estados Unidos. Las madrazas aumentaron considerablemente en número durante la década de los 80, financiadas por radicales religiosos en Arabia Saudita, y por los Estados Unidos como centro de entrenamiento y armamento para miles de muyahedin, como eran conocidos los combatientes enfrentándose a las fuerzas soviéticas en Afganistán. Cuando la guerra en Afganistán termino y Estados Unidos se retiraron de la región, las madrazas se mantuvieron abiertas. La atención de los militantes islámicos que asistían a muchas de ellas cambió hacia la lucha contra el dominio de India en la parte de la provincia de Cachemira bajo su control. Posteriormente fueron usados para armar y entrenar a los jóvenes combatientes Talibán que se tomaron Afganistán en la década del 90. Desde entonces, críticos de las madrazas afirman que esos seminarios se han convertido en centros de adoctrinamiento en militancia islámica, sitios donde los lideres religiosos predican un mensaje de "yihad" o Guerra Santa contra Occidente y sus aliados.
Pakistán apoya reformas El presidente paquistaní ha instituido un programa de reformas para morigerar y modernizar las madrazas. Ese programa incluye la obligación de enseñar matemáticas, inglés y ciencia de la computación en el currículo junto a los estudios religiosos. Los críticos afirman que el programa ha sido implementado a medias y sin éxito, porque Musharraf todavía depende de los lideres religiosos radicales de Pakistán para mantenerse en el poder. Los defensores de las madrazas, sin embargo, alegan que éstas proveen educación a los niños y bienestar a sus empobrecidas familias, aspectos básicos que, según ellos, el estado claramente no ha podido ofrecer.
Los estimativos sobre el numero de escuelas islámicas en Pakistán varían. El gobierno de ese país afirma que son cerca de 10,000, pero un destacado político paquistaní dice que la figura es el doble de eso. Las madrazas fueron anteriormente financiadas por Arabia Saudita y Estados Unidos. Las madrazas aumentaron considerablemente en número durante la década de los 80, financiadas por radicales religiosos en Arabia Saudita, y por los Estados Unidos como centro de entrenamiento y armamento para miles de muyahedin, como eran conocidos los combatientes enfrentándose a las fuerzas soviéticas en Afganistán. Cuando la guerra en Afganistán termino y Estados Unidos se retiraron de la región, las madrazas se mantuvieron abiertas. La atención de los militantes islámicos que asistían a muchas de ellas cambió hacia la lucha contra el dominio de India en la parte de la provincia de Cachemira bajo su control. Posteriormente fueron usados para armar y entrenar a los jóvenes combatientes Talibán que se tomaron Afganistán en la década del 90. Desde entonces, críticos de las madrazas afirman que esos seminarios se han convertido en centros de adoctrinamiento en militancia islámica, sitios donde los lideres religiosos predican un mensaje de "yihad" o Guerra Santa contra Occidente y sus aliados.
Pakistán apoya reformas El presidente paquistaní ha instituido un programa de reformas para morigerar y modernizar las madrazas. Ese programa incluye la obligación de enseñar matemáticas, inglés y ciencia de la computación en el currículo junto a los estudios religiosos. Los críticos afirman que el programa ha sido implementado a medias y sin éxito, porque Musharraf todavía depende de los lideres religiosos radicales de Pakistán para mantenerse en el poder. Los defensores de las madrazas, sin embargo, alegan que éstas proveen educación a los niños y bienestar a sus empobrecidas familias, aspectos básicos que, según ellos, el estado claramente no ha podido ofrecer.
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