Río de sangre en Irak

Editrial del diariop El Correo de Viscaya España sobre la violencia en este país del Golfo Pérsico:

La violencia en Irak volvió a demostrar ayer que no conoce límite alguno. La muerte de casi una treintena de niños, cuando un coche bomba manejado por un conductor suicida explotó junto a un convoy militar norteamericano que repartía chocolate y golosinas, no es la primera tragedia de estas características que se vive en el castigado país. Nunca hay excusa para la muerte de inocentes y los civiles lo son por definición. Si, además, se trata de niños o jóvenes menores de edad, su muerte inmerecida añade un insoportable plus de crueldad. Pero pretender que los terroristas respeten en sus mínimos términos las mismas categorías éticas o morales que comparte el resto de la Humanidad es un ejercicio estéril. La crisis política en Irak está girando, además, hacia la violencia sectaria y en los últimos días los dos campos enfrentados registran episodios espeluznantes de fría y ciega venganza. Los terroristas no discriminan sus objetivos y el Gobierno iraquí corre el peligro de no controlar a unas Fuerzas de Seguridad que, muy hostigadas por la rebelión, se han tomado en algunas ocasiones la justicia por su mano. El temido escenario de una guerra interconfesional parece un hecho y tendrá consecuencias terribles para el crucial proceso constituyente en curso, de intención reconciliadora y contenido democrático. Estados Unidos está embarcado hasta tal punto en un mortífero pulso con la insurgencia autóctona y, sobre todo, con la yihadista extranjera que, como ya han reclamado voces autorizadas en Washington, está olvidándose de un punto fundamental si quiere ganar esta batalla: proteger a la población iraquí. Si las tropas norteamericanas siguen marcándose como objetivo principal acabar con los terroristas a toda costa, mientras la vida cotidiana de los ciudadanos se hace sencillamente insoportable, pronto no habrá necesidad de seguir buscando a los insurgentes porque el caos económico y social que se adueñará de Irak hará que todos lo sean en mayor o menor medida. Nadie permanece junto a quien ni siquiera es capaz de mantenerle vivo.