La NASA ha decidido que un astronauta del transbordador 'Discovery', que está atracado en la Estación Espacial Internacional (ISS en sus siglas en inglés), repare en órbita las losetas térmicas dañadas en el lanzamiento de la nave el pasado 26 de julio. Esta misión no tiene precedentes, según ha anunciado un portavoz de la administración espacial de EEUU. Según informó la NASA, la presencia de dos astronautas junto a la 'panza' del transbordador, donde se desprendió la loseta, podría suponer un riesgo mayor para el estado de la nave y deteriorarse aún más. Por ello, aunque dos astronautas saldrán al exterior, sólo uno de ellos, Steve Robinson, se encargará de la reparación el próximo día miércoles. El plan de 'reparación de emergencia' ha sido diseñado a toda prisa por los ingenieros de la NASA; que ayer a última hora informaron a la tripulación dl Discovery de sus planes. Será Robinson el encargado de viajar hasta la 'panza' de la nave', mientras que Noguchi le servirá de apoyo mientras realiza otras tareas de mantenimiento. Esta será la primera vez en la historia de los transbordadores que un astronauta se aventura en la parte inferior de la nave y también la primera vez que se realiza una reparación en pleno vuelo. "Jamás hemos hecho esto de enviar astronautas al lado de la 'panza' del transbordador para que hagan reparaciones", dijo Cindy Begley, encargada de las actividades extravehiculares del transbordador. La existencia de dos irregularidades -dos pequeñas protuberancias que se han detectado entre las losetas térmicas que protegen el casco del 'Discovery' de las altas temperaturas de la reentrada en la atmósfera terrestre- puso en alerta a los técnicos de la Agencia Espacial Norteamericana, que se enfrenta al dilema de intervenir cortando dichas juntas deformadas, operación que implica un alto riesgo de daño para la cubierta térmica, o no hacer nada y arriesgarse a efectos indeseados en la reentrada a la Tierra debido a aumentos de temperatura debido a dichas irregularidades.
Incertidumbre
"Lo cierto es que existe incertidumbre porque nadie tiene un conocimiento muy profundo respecto a la aerodinámica a esas alturas y a esas velocidades", dijo a los periodistas Wayne Hale, subdirector de programas del transbordador. Según los planes de la NASA, Robinson se anclará al brazo robótico para situarse en uno de los extremos de la parte inferior de la nave, llevando algunas herramientas con la que realizarán la reparación. La primera opción es arrancar el trozo de la protuberancia tomándola con las manos enguantadas. Tres de los tripulantes del Discovery, durante una videoconferencia con sus familias. Durante los 90 minutos que durará la reparación, el astronautas sólo será visible desde una cámara situada en la panza de la nave. Además, deberá extremar las precauciones para no dañar durante las maniobras otras de las losetas térmicas, que son muy resistentes a las altas temperaturas, pero muy frágiles. La velocidad de entrada del 'Discovery' cuando inicia su reentrada en la atmósfera terrestre puede alcanzar los 20.000 kilómetros por hora lo que provoca que la temperatura en la zona de fricción con el fuselaje inferior del Discovery alcance elevadas temperaturas. Las dos protuberancias podrían generar irregularidades térmicas que podrían desembocar en un accidente similar al sufrido por el Columbia.
Incertidumbre
"Lo cierto es que existe incertidumbre porque nadie tiene un conocimiento muy profundo respecto a la aerodinámica a esas alturas y a esas velocidades", dijo a los periodistas Wayne Hale, subdirector de programas del transbordador. Según los planes de la NASA, Robinson se anclará al brazo robótico para situarse en uno de los extremos de la parte inferior de la nave, llevando algunas herramientas con la que realizarán la reparación. La primera opción es arrancar el trozo de la protuberancia tomándola con las manos enguantadas. Tres de los tripulantes del Discovery, durante una videoconferencia con sus familias. Durante los 90 minutos que durará la reparación, el astronautas sólo será visible desde una cámara situada en la panza de la nave. Además, deberá extremar las precauciones para no dañar durante las maniobras otras de las losetas térmicas, que son muy resistentes a las altas temperaturas, pero muy frágiles. La velocidad de entrada del 'Discovery' cuando inicia su reentrada en la atmósfera terrestre puede alcanzar los 20.000 kilómetros por hora lo que provoca que la temperatura en la zona de fricción con el fuselaje inferior del Discovery alcance elevadas temperaturas. Las dos protuberancias podrían generar irregularidades térmicas que podrían desembocar en un accidente similar al sufrido por el Columbia.
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