
Calentamiento global, derretimiento de los casquetes polares, feroces inundaciones, vientos terribles y helados. La cadena del desastre termina en lo más dramático: una nueva Era de Hielo que congela el hemisferio norte y aniquila parte de la población de la Tierra. Es exagerado, es cierto. Pero el escenario que plantea la película El Día Después, protagonizada por Dennis Quaid, esboza una secuencia que muchos expertos predicen como plausible en el largo plazo si no se toman medidas. Lejos de la ficción, la Tierra hoy parece enloquecida y no sólo porque la furia de Katrina devastó la costa de EE.UU.: en pocas semanas se vieron inundaciones con decenas de muertos en el centro y el este de Europa, olas de calor con sequías devastadoras en España, Francia e Italia; un tifón en China, una lenta pero persistente desertificación en Africa ¿Qué está pasando?. Expertos de 20 países analizaron hace pocos días los cambios climáticos que sufre el planeta durante una conferencia en Nuremberg. Concluyeron que las actividades humanas producen cada vez más distorsiones climáticas y que, como resultado del incremento de las temperaturas, es posible que se produzcan más catástrofes derivadas de fenómenos meteorológicos extremos, explicó Udo Gartner, presidente del Servicio de Meteorología alemán. La perversa mano del hombre sobre el planeta se manifiesta, sobre todo, en la contaminación ambiental, que destruye los filtros atmosféricos naturales de las radiaciones solares, lo que deriva en el incremento de la temperatura terrestre. El Instituto Alemán de Investigaciones Económicas de Berlín le puso números a este fenómeno: estimó que el cambio climático global provocará pérdidas económicas por más de 200.000 millones de dólares en todo el mundo hasta el 2050. Pero parece que se quedaron cortos, ya que sólo Katrina parece haber causado cerca de 100.000 millones en daños.
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