miércoles, septiembre 28, 2005

Lula enfrenta hoy una votación crucial

Dos días después de la desbandada de legisladores y dirigentes en las huestes del oficialismo, el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva enfrenta hoy una jornada clave para la gobernabilidad durante lo que resta de su mandato: la elección de un nuevo presidente para la Cámara de Diputados. El cargo en juego tiene gran importancia, debido a que el presidente de la Cámara tiene facultades para determinar cuándo y cómo un proyecto es sometido a votación. Y ésa es una herramienta clave para un gobierno que se prepara para iniciar la lucha por su reelección el año próximo. En la práctica, si el candidato oficialista es derrotado hoy, el gobierno de Lula tendrá que negociar arduamente durante los quince meses de gestión que le restan las condiciones de votación de cada proyecto que llegue al Congreso. Es algo equivalente a jugar de visitante: no define el resultado, pero puede hacer más difícil las condiciones del juego. El gobierno vive desde hace ocho meses una situación desfavorable en el Congreso. A comienzos de este año no logró presentar un candidato único para presidir la Cámara y una figura desconocida, el diputado Severino Cavalcanti, derrotó a ambos, erigiéndose como voz de la oposición. Facilitó algunas derrotas legislativas para Lula, pero luego cambió de posición y se alió con él. Hasta que la semana pasada se descubrió que Cavalcanti recibía un soborno del dueño del restaurante del Congreso. Fue un capítulo más para la novela de casi cuatro meses de denuncias de corrupción que golpean al gobierno, que provocó una crisis profunda en el Partido de los Trabajadores (PT) y que sigue teniendo repercusiones. En ese sentido, José Dirceu, ex jefe de gabinete de Lula, que debió renunciar a su cargo por las sospechas de corrupción que pesaban sobre él, afirmó ayer que las investigaciones abiertas en su contra en el Congreso son en realidad un juicio contra el proyecto de Lula y consideró que el país está viviendo "una disputa de poder". Dirceu, que continúa siendo diputado por el PT, debió declarar ayer ante la Comisión de Etica, en el marco de un proceso que podría terminar con su destitución. Son tres los principales candidatos que se enfrentarán hoy por la conducción de la Cámara baja. Por el lado del oficialismo se postula Aldo Rebelo, ex ministro de Coordinación Política de Lula. La idea más famosa de Rebelo, diputado por el Partido Comunista de Brasil, fue su intento -fallido- de aprobar una ley para multar a quienes usen palabras en inglés cuando existan opciones en portugués. El opositor con más posibilidades es Thomaz Nonó, del Partido del Frente Liberal (derecha), que cuenta con el apoyo de casi toda la oposición. Para ganar en la primera vuelta, el candidato tiene que obtener la mitad más uno de los 513 votos. Si nadie obtiene la mitad más uno, hoy, a las 18, se realizará la segunda vuelta entre los dos primeros. El candidato de Lula tiene votos suficientes para pasar a la segunda vuelta, pero puede perder al tener que enfrentar a todos los adversarios del gobierno concentrados en un nombre opositor. La elección ocurre dos días después de una ola de deserciones de legisladores y dirigentes del PT. En 2002, el PT era el dueño del mayor bloque de Diputados, con 91 legisladores. Entre el lunes y ayer, cuando cuatro diputados abandonaron el partido, ya eran 84 (tres menos que el PMDB, que tiene 87).

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