Los invito a leer este interesante artículo que trae el diario La Nación de Buenos Aires, sobre la revuelta en Francia:
Sin reivindicaciones claras, sin ideología, sin líderes y sin propuestas, los jóvenes que protagonizan la ola de violencia que estremece a Francia desde el 27 de octubre tienen un solo punto en común: el rechazo del modelo social francés. Esa opinión es compartida –en forma unánime– por un grupo de reconocidos intelectuales franceses entrevistados por LA NACION. Todos coinciden en que este estallido de pasiones sanciona el fracaso del modelo de integración aplicado por este país desde la Revolución Francesa y, particularmente, durante el último medio siglo. Para el sociólogo Alain Touraine, la sociedad francesa “se encuentra en una fase de desintegración, marcada simultáneamente por el rechazo de todo lo que viene del exterior y por un repliegue comunitario por parte de las minorías”. Los franceses, con sus grandes ideas republicanas del siglo pasado, “comprenden mal, perciben mal y rechazan todo lo que es extranjero y diferente, y éste es el resultado”, afirma. “Los mecanismos de integración han dejado de funcionar. Los franceses están convencidos de que hay una sola civilización: la de ellos y otros pocos, y el resto. Esto es insoportable”, sentencia. Para Touraine, el gran desafío que enfrenta la sociedad francesa es el de aprender a reconocer a aquellos que vienen de horizontes diferentes: "Es necesario decidir qué se puede conservar de nuestros ideales universalistas, de nuestra defensa de los derechos humanos, de nuestro laicismo y cómo combinarlo con la necesaria diversidad cultural. En ese sentido, uno de los problemas más complicados será tratar de integrar el islam a nuestra civilización", agrega.


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