BOLIVIA: La protesta popular, todo un estilo de vida

El domingo hay elecciones pero esa agenda política no obliga a dejar de lado costumbres arraigadas en la población. No importa si faltan cinco días para votar, tampoco quién vaya a resultar ganador. La protesta popular es aquí un estilo de vida y nada parece indicar que eso vaya a cambiar de la noche a la mañana.Es tempranito y la tele manda al aire sus magazines que conjugan cocina típica, reporte meteorológico y política, mucha política. Los líderes del gremio de los choferes agradecen la invitación al conductor de turno y se cruzan duro con empresarios ausentes. Amenazan con dejar sin transporte al país desde ya. La discusión es por los llamados "chutos", unos 25 mil vehículos ingresados de contrabando y legitimados por una ley aprobada la semana pasada entre gallos y medianoche, sobornos comprobables mediante. Se lo ve orgulloso al más rubio y encamperado de los sindicalistas cuando dice que además, si ellos paran, nadie va a poder llegar a tiempo para votar, por ejemplo, en las zonas rurales, en donde las distancias se miden en largos kilómetros.Las rutas son objeto de discusión y chantaje. Recién ayer las autoridades pudieron desalojar con gases el bloqueo que impedía el tránsito entre Oruro y La Paz, obturado por estudiantes de magisterio, que reclaman que sus escuelas dependan del Ministerio de Educación y no de las universidades públicas. Hubo decenas de heridos en los choques y de nada valió que la ministra pidiera una tregua hasta después de las elecciones. "Quién piensa en eso ahora", dijeron los estudiantes y optaron por traer su protesta a la La Paz y crucificarse.Los caminos del cielo también se van cerrando por estos días y si el clima político mínimamente da garantías de un regreso prolijo para después de las elecciones ahora son los pilotos de Lloyd Aéreo Boliviano quienes se ocupan de hacer pensar que las navidades bolivianas estarán superpobladas de extranjeros. Ocurre que los muchachos de la línea de bandera anunciaron una huelga por tiempo indeterminado, porque les deben 3 meses de sueldo y reclaman aportes por 800 mil dólares al fondo de pensiones. El presidente interino Eduardo Rodríguez quiere irse a su casa y no se cansa de pedir por los medios a los diferentes sectores que se tomen vacaciones entre reclamo y reclamo y pongan la protesta entre paréntesis hasta después del domingo. Nadie lo escucha.