Niveles de pobreza en América latina

Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), denominado "Panorama social 2005", contiene algunas buenas noticias relacionadas con la lucha contra la pobreza, que deben conocerse y difundirse. Según el informe, entre 2003 y 2005 unos 13 millones de personas habrían dejado de pertenecer a esa triste categoría en nuestra región. La noticia es particularmente importante si recordamos que, en junio último, nos hacíamos eco de los resultados de otro informe, también de la Cepal, titulado "Contexto social de América latina", donde se informaba que había 224 millones de pobres y 100 millones de personas en la miseria total en América latina y el Caribe; la única excepción era Chile, a punto tal que los mismos expertos en desarrollo regional consideran que ha dejado de pertenecer al Tercer Mundo. Por eso decimos que la información que se maneja ahora demuestra, ciertamente, un avance alentador, pese a que por las características del tema nunca se puede dejar de trabajar en la cuestión. No solamente por razones morales, sino porque lo cierto es que aún quedan en nuestra región más de doscientos millones de personas que están en situación de pobreza; de ellas, un cuarenta por ciento está bajo el nivel de indigencia. Los motivos para esta notoria mejoría fueron el mejor nivel de actividad económica en toda la región, provocado sobre todo por factores exógenos; las altas remesas de los inmigrantes, particularmente de aquellos que viven en el norte de nuestro hemisferio, y el aumento generalizado del gasto social. Se ha quebrado así una lamentable tendencia que había prevalecido hasta 2003, la cual mostraba un aumento sostenido del número de pobres. Hay más cifras optimistas: la región en su conjunto avanzó un 51 por ciento en dirección al cumplimiento de la primera Meta del Milenio, esto es, en tratar de reducir la pobreza extrema a la mitad para 2015. Como ya lo mencionamos más arriba, en 2004 Chile fue el único país que alcanzó plenamente ese objetivo, lo que demuestra, una vez más, las bondades del exitoso modelo económico abierto y de mercado adoptado, con coherencia y consecuencia ejemplares, por el país trasandino. Porque sigue demostrando que es la nación que genera más riqueza y empleo en esta parte del continente. Éstas son muy buenas noticias, pero la lucha contra la pobreza es un objetivo permanente, respecto del cual no hay respuestas que permitan bajar los brazos y cejar en el empeño.