viernes, enero 06, 2006

BOLIVIA: PONDRA PRECIO DE MERCADO A GAS QUE VENDE A LA ARGENTINA

El vicepresidente electo de Bolivia, Alvaro García Linera, advirtió ayer que el futuro gobierno de su país pretende cobrar más caro el gas que exporta a la Argentina. "No hay más precio solidario", enfatizó García Linera para transmitir en La Paz la decisión del presidente electo, Evo Morales. Horas después el canciller Jorge Taiana anunció que al final Morales visitará a Néstor Kirchner en la Casa Rosada antes de asumir; será el martes 17. La confirmación de esa visita moderó el impacto de la advertencia sobre el costo del gas. La relación bilateral tiene al suministro energético como punto central, y la agenda empezó a diseñarse en una reunión que mantuvo ayer García Linera con el embajador argentino Horacio Macedo. La intención de Morales es que se vuelvan a discutir los convenios de exportación de gas firmados por Kirchner con los gobiernos interinos de Carlos Mesa (entre 2003 y mediados de 2005) y de Eduardo Rodríguez (en los últimos meses del año último). Esos acuerdos fueron decisivos para conjurar la crisis energética del primer semestre de 2004 y permitieron mantener la marcha creciente de la industria en las últimas dos temporadas. Durante 2005 Bolivia vendió a la Argentina 4,5 millones de metros cúbicos diarios de gas natural. Kirchner y Rodríguez acordaron en una reunión en Nueva York ampliar el suministro hasta 7 millones de metros cúbicos. El precio de venta del gas boliviano puesto en la frontera argentina ronda los 3,18 dólares por millón de BTU (unidades térmicas británicas), según información de las autoridades del país vecino. En el mercado internacional el valor promedia entre 10 y 12 dólares. Por eso, las autoridades bolivianas hablan de "precio solidario" cuando se refieren a los tratados firmados en los últimos años. Morales quiere negociar de nuevo tanto con la Argentina como con Brasil. "Vamos a trabajar un precio de mercado regional, que beneficie fundamentalmente a Bolivia", dijo García Linera en declaraciones a medios de su país, reproducidas y reproducidas por las agencias internacionales AP, EFE y DPA. El reciente triunfo del líder indigenista, aliado del presidente venezolano, Hugo Chávez, supuso una nueva relación de fuerzas en la región y abrió un interrogante por la forma que adquirirá la relación de La Paz con los gobiernos vecinos de la Argentina, Brasil y Chile. Cautela Si bien Kirchner saludó la victoria de Morales, se mantuvo cauto sobre las consecuencias que tendrá para la Argentina su llegada al poder. Una primera señal de alerta significó que el presidente electo excluyera al principio Buenos Aires de la lista de capitales que visitará antes de la asunción, fijada para el próximo domingo 22. El canciller Jorge Taiana emitió anteayer un comunicado conciliador para evitar suspicacias: calificó de "excelente" el estado de la relación bilateral y auguró que habrá "entendimiento mutuo" entre Kirchner y Morales. Al final, el líder boliviano añadió una escala más a su gira. El principal punto pendiente en la relación argentino-boliviana es la posible ampliación del suministro: Kirchner aspira a conseguir un volumen adicional de exportación de hasta 20 millones de metros cúbicos diarios. Eso alcanzaría para llenar el proyectado Gasoducto del Noreste. El tendido de esa obra, que atravesaría siete provincias argentinas y podría unirse con tuberías que van a Brasil y a Uruguay, también está sujeto a las negociaciones con las nuevas autoridades. Por el momento, ya existe el compromiso de empresas privadas para invertir más de 1000 millones de dólares. Pese a que el negocio de la exportación está en manos de las empresas Repsol YPF y de Petrobras, el gobierno boliviano es el encargado legalmente de gestionar mercados y precios, ya que recibe el 50 por ciento de las ventas brutas por regalías e impuestos. La Argentina y Brasil son los principales compradores de gas boliviano, del cual depende en gran medida su crecimiento industrial. A su vez, la economía de Bolivia sustenta cualquier posibilidad de recuperación en la fuerza de sus reservas energéticas. Morales y García Linera advirtieron en los últimos días a las petroleras extranjeras con intereses en Bolivia y a los gobiernos de los países con quienes tienen mayor relación económica que deberán ajustar sus contratos a las condiciones establecidas por la ley de hidrocarburos que sancionó el Parlamento de su país el año pasado. Esa normativa otorga un papel más activo al Estado respecto de la propiedad de los hidrocarburos y aumenta las regalías que deberán pagar las compañías productoras. Agenda abierta Las referencias que hizo ayer el vicepresidente electo sobre el precio del gas que compra la Argentina se enmarcan en ese contexto de "recuperación de los recursos naturales como fuente de crecimiento", tal como lo resumió Morales en su plataforma electoral. Bolivia posee la segunda mayor reserva energética de América del Sur, después de Venezuela. García Linera iba a reunirse hoy en Buenos Aires con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, pero la audiencia se suspendió cuando anoche quedó agendada la visita de Morales a la Casa Rosada. En la comitiva vendrá un grupo de técnicos bolivianos que sostendrán reuniones de trabajo con funcionarios de la Secretaría de Energía. Esa delegación se quedará al menos dos días, en los que prevén reunirse también con empresarios. "La idea es que el gas se convierta crecientemente en un commodity [mercadería de fluida compraventa] que poco a poco se vaya acercando a un precio internacional", anticipó García Linera, al responder sobre las negociaciones con el gobierno de Kirchner. El vicepresidente electo es un profesor universitario de sociología que en los años 90 integró el desaparecido Ejército Guerrillero Túpac Katari. El viaje a Buenos Aires será, dijo ayer, "un primer acercamiento".

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