El gabinete del cambio, como se espera que sea el que posesionó ayer el presidente Evo Morales, está integrado por una mayoría de miembros de origen indígena, lo que es un primer signo de la tónica que se producirá en el nuevo tiempo que vive la República. El gabinete del cambio, como se espera que sea el que posesionó ayer el presidente Evo Morales, está integrado por diversos sectores, lo que es un primer signo de la tónica que se producirá en el nuevo tiempo que vive la República. En su composición se ha conservado el mismo número de ministerios (16), con lo que, plausiblemente, se evitó el crecimiento de la burocracia. Incluso se eliminaron las delegaciones ministeriales, como una forma de desburocratización y un inicio de la aplicación de la anunciada política de austeridad. La otra novedad es que se han introducido tres importantes cambios en la organización del Poder Ejecutivo, mediante la modificación de las denominaciones de igual número de antiguos ministerios, y se crearon dos nuevas carteras, a tiempo de suprimirse los ex ministerios de Participación Popular y de Asuntos Indígenas y Pueblos Originarios. De este modo, el presidente Evo Morales adecuó al equipo ministerial con las políticas que se propone desarrollar a lo largo de su gestión. El restablecimiento del Ministerio de Planificación del Desarrollo implica el retorno del Estado a la fijación de metas y objetivos precisos en materia de desarrollo económico y social. Con ello, se espera armonizar de mejor manera el crecimiento del país, haciéndolo más predecible y orgánico. Al instituirse el Ministerio de Producción y Microempresa se estaría dando una señal clara de que es esencial motorizar desde el Estado la producción y, a la vez, otorgarle los máximos impulsos y estímulos a las microempresas, que en los últimos años pasaron a ser la principal fuerza de la producción y de la creación de puestos de trabajo. Con el Ministerio de Desarrollo Agropecuario se está dando el mensaje de que habrá una fuerte concentración del poder estatal para crear las mejores condiciones posibles al desarrollo de la agricultura y la ganadería. Así, dejará de ser un área básicamente burocrática, para ser el mecanismo idóneo que resuelva los diversos problemas que confrontan estos sectores, aparte de promover su crecimiento más acelerado, dadas las múltiples condiciones favorables que tiene el país en este campo. En cierto modo, es una sorpresa que se haya procedido a crear el Ministerio de Justicia, puesto que en el pasado existió ya esta cartera y se la eliminó aparentemente porque era prescindible. Ahora, lo que se ve es que el Estado se propone ser un firme y celoso coadyuvante del Poder Judicial, de manera que se aplique la justicia oportunamente. Esa es, al menos, la demanda de cientos de personas que durante años son sometidas a reclusión sin tener una sentencia oportuna. Corresponde destacar la creación del Ministerio de Aguas, área en la que hubo hasta ahora un condenable olvido. La función primordial del nuevo ministerio deberá ser la de generalizar el consumo de agua potable en las áreas rurales y periféricas de las ciudades, con la característica de ser un servicio público esencial. Con ello se mejorará el nivel de vida, protegiendo la salud de todos en condiciones económicamente accesibles. De esta manera, la posesión del nuevo gabinete se ha constituido en un elemento suficientemente ilustrativo de lo que será la administración del Estado en el futuro.
Editorial del diario La Razón de Bolivia.
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