Con 53,7% de apoyo en las urnas, 74% de aprobación y garantía de gobernabilidad política y social, Evo Morales Aima, de 46 años, asume hoy la Presidencia de la República, bajo la atenta mirada del mundo debido a los anuncios de cambio con los que llega su administración, la primera que será conducida por un indígena. La ascensión al mando de Morales cierra una de las etapas de mayor crisis política que atravesó el país, desde que en octubre del 2003 el descontento social expulsó del gobierno a Gonzalo Sánchez de Lozada, quien había llegado a la Presidencia de la mano de un acuerdo político entre cinco partidos, bajo la lógica de la desgastada democracia pactada. Morales asume el mando de la Nación en un acto programado para las tres de la tarde de hoy, al que asistirán 11 presidentes (la mayor cantidad de jefes de Estado presentes en un acto de esta naturaleza) y que será cubierto por más de mil periodistas que llegaron desde todas partes del mundo para reflejar el hecho. El juramento a la Presidencia de la República, que fue precedido por una entronización andina realizada ayer en Tiwanaku, frente a más de 15.000 asistentes, marca, además, el inicio de una nueva forma de gobierno, con suficiente respaldo político y social para concretar sus planes. Políticamente, el partido de Evo Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), tiene garantía de gobernabilidad, debido al poder que tiene en el Congreso, no sólo por los 84 curules que ocupa entre el Senado y la Cámara de Diputados, sino, además, porque está a la cabeza del mayor número de comités y brigadas parlamentarias. Socialmente, el origen sindical del MAS y sus alianzas preelectorales con los sectores más fuertes, como los campesinos, mineros, jubilados o los sin tierra, le permiten a Morales comenzar una gestión con gobernabilidad social, lo que no había ocurrido en los últimos 23 años de gobiernos democráticos. Este favorable escenario de gobernabilidad, de acuerdo al analista político Alberto García, permitirá al nuevo gobierno encarar procesos radicales de transformación del Estado, como es el caso de la Asamblea Constituyente, el referéndum autonómico o el cambio del modelo económico. Todas estas fueron, además, demandas de la sociedad, que provocaron la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada y, un año y medio después, la renuncia del ex presidente Carlos Mesa. Según García, el hecho de que la agenda nacional haya sido definida por la sociedad, refleja un cambio en la gobernabilidad, que abre sus escenarios para que la gente debata e influya en las decisiones. "Hay una ampliación de la política, que ya no sólo se restringe al ámbito formal de algunos partidos políticos", señaló el experto. Asimismo, el cambio que Morales representa está estrechamente ligado a una deuda histórica del Estado con los campesinos e indígenas, que representan más del 60% del total de la población, según los datos del último censo realizado el 2001 por el Instituto Nacional de Estadísticas. "Hemos sido discriminados como pueblo”, dijo Morales el 10 de enero, durante una visita a Sudáfrica. Luego anunció que esto terminará con su llegada a la Presidencia de la República. La presidencia indígena de Morales, sin embargo, tiene una trascendencia mayor a las aspiraciones de los pueblos originarios de Bolivia. Los indígenas de América cifran sus esperanzas de mejores días en la eficiencia que pueda caracterizar a su administración de gobierno. El viernes se realizó en La Paz el Primer Encuentro de Autoridades Indígenas de América, con la presencia de líderes de 30 organizaciones de 16 países y decidieron crear un frente de respaldo al gobierno de Morales. "Evo está en los ojos del mundo y nosotros como indígenas le deseamos toda clase de éxitos, porque sus éxitos serán los éxitos de los indígenas del mundo y también el fracaso de Evo puede ser un retroceso en nuestras perspectivas", justificó Pedro de la Cruz, líder indígena de Ecuador.
Pero los vientos de cambio no están relacionados únicamente con el origen indígena o la legitimidad del gobierno de Evo Morales, sino también por su discurso de cambio ideológico, que despertó el interés en los países de la región, que ven en su triunfo un despertar del subcontinente americano al cambio hacia Estados donde la tendencia de izquierda tenga más peso. Así lo hizo saber, por ejemplo, el subcomandante Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), cuando felicitó al Presidente electo y le hizo conocer su satisfacción por el triunfo. Morales dio señales de su posicionamiento ideológico inmediatamente después de haberse confirmado su victoria en las urnas, cuando comenzó una gira que lo llevó por una decena de países de América, Asia, Europa y África. "Nos sumamos al bloque antiimperialista y antineoliberal", señaló durante su visita a Cuba, la primera escala de su gira. El gobierno del cubano Fidel Castro y el del venezolano Hugo Chávez conforman el llamado bloque entiimperialista, que promueve un distanciamiento de las políticas impulsadas por el Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, pese a este posicionamiento ideológico, Morales no coincide con la radicalidad antiestadounidense de Castro y Chávez. Lo que propone es avanzar en una nueva forma de relacionamiento con Estados Unidos, basada en el respeto a la soberanía. La administración norteamericana, por su parte, ha expresado su deseo de avanzar en este diálogo y como señal de ello envío al país, para la transmisión del mando, al secretario de Estado para América Latina, Thomas Shannon. En consecuencia, la transmisión del mando de esta tarde abre la puerta al país para que ingrese en una nueva etapa de cambios de fondo que serán seguidos con atención por la comunidad internacional. “Comienza una nueva era para los pueblos de América. Necesitamos la fuerza del pueblo para doblar la mano al imperio”, Evo Morales “Tenemos la obligación de crear conciencia en el mundo entero para que las mayorías, los pobres, conduzcan sus países”, Evo Morales
La anterior posesión
Elecciones 2002 • Para la posesión del ex mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada, llegaron al país los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y del Perú, Alejandro Toledo. En representación chilena estuvo el entonces ministro del Interior, José Miguel Insulza, acompañado del cónsul Edmundo Pérez Yoma. El gobierno estadounidense envió al zar antidrogas, John Walters. En representación de España estuvo el príncipe Felipe de Borbón y en representación de la iglesia Católica llegó Rino Passigado. En cuanto a los organismos internacionales, estuvieron presentes los representantes de la Corporación Andina de Fomento, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial.
Pero los vientos de cambio no están relacionados únicamente con el origen indígena o la legitimidad del gobierno de Evo Morales, sino también por su discurso de cambio ideológico, que despertó el interés en los países de la región, que ven en su triunfo un despertar del subcontinente americano al cambio hacia Estados donde la tendencia de izquierda tenga más peso. Así lo hizo saber, por ejemplo, el subcomandante Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), cuando felicitó al Presidente electo y le hizo conocer su satisfacción por el triunfo. Morales dio señales de su posicionamiento ideológico inmediatamente después de haberse confirmado su victoria en las urnas, cuando comenzó una gira que lo llevó por una decena de países de América, Asia, Europa y África. "Nos sumamos al bloque antiimperialista y antineoliberal", señaló durante su visita a Cuba, la primera escala de su gira. El gobierno del cubano Fidel Castro y el del venezolano Hugo Chávez conforman el llamado bloque entiimperialista, que promueve un distanciamiento de las políticas impulsadas por el Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, pese a este posicionamiento ideológico, Morales no coincide con la radicalidad antiestadounidense de Castro y Chávez. Lo que propone es avanzar en una nueva forma de relacionamiento con Estados Unidos, basada en el respeto a la soberanía. La administración norteamericana, por su parte, ha expresado su deseo de avanzar en este diálogo y como señal de ello envío al país, para la transmisión del mando, al secretario de Estado para América Latina, Thomas Shannon. En consecuencia, la transmisión del mando de esta tarde abre la puerta al país para que ingrese en una nueva etapa de cambios de fondo que serán seguidos con atención por la comunidad internacional. “Comienza una nueva era para los pueblos de América. Necesitamos la fuerza del pueblo para doblar la mano al imperio”, Evo Morales “Tenemos la obligación de crear conciencia en el mundo entero para que las mayorías, los pobres, conduzcan sus países”, Evo Morales
La anterior posesión
Elecciones 2002 • Para la posesión del ex mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada, llegaron al país los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y del Perú, Alejandro Toledo. En representación chilena estuvo el entonces ministro del Interior, José Miguel Insulza, acompañado del cónsul Edmundo Pérez Yoma. El gobierno estadounidense envió al zar antidrogas, John Walters. En representación de España estuvo el príncipe Felipe de Borbón y en representación de la iglesia Católica llegó Rino Passigado. En cuanto a los organismos internacionales, estuvieron presentes los representantes de la Corporación Andina de Fomento, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario