
Entre los nuevos purpurados hay al parecer al menos un latinoamericano: el arzobispo de La Paz, Bolivia, Luis Flavio Abastoflor Montero. Se confirma así la primicia del vaticanista Andrea Tornielli de Il Giornale, que Clarin consignó en su edición del martes pasado. Ayer, los dos diarios más importantes de Italia, el Corriere della Sera y La Repubblica anunciaron los tiempos del Consistorio. El Vaticano calla.
Se pone así en movimiento una serie de novedades que en los próximos meses incluirán también una reorganización de la Curia Romana (el gobierno central de la Iglesia) para hacerla más ágil y eficiente, y los esperados cambios en las cumbres de la Curia. Al parecer los retiros y nombramientos serán escalona dos. Algunas "murmurationes" (rumores) sostienen que los cambios se estirarán en un largo período. Otros afirman que a fines del verano boreal (junio-setiembre), el esquema de "ministros" estará terminado.
El Papa Pablo VI estableció que los cardenales electores que reunidos en Cónclave eligen al nuevo pontífice, debían ser 120 y menores de 80 años de edad. Por ahora Ratzinger mantendría este criterio. Pero lo que no se sabe es si respetará el techo de 120 purpurados o hará como Juan Pablo II, que en los últimos consistorios nombró 135 electores.
Los Papas acostumbran promover cardenales cada tres años, pero como el pontífice goza de Poder absoluto, puede hacer lo que quiere. A Benedicto XVI lo eligieron, el 19 de abril, 115 cardenales electores. Si Ratzinger respetara el máximo establecido por Pablo VI de 120 cardenales, en estos momentos tiene a disposición 12 puestos libres. Son en realidad 10, pero en marzo otros dos cardenales superarán la frontera fatídica de los 80 años, que de hecho los excluye del Cónclave.
En la lista de purpurados al frente de grandes arquidiócesis, actualmente el arzobispo de Cracovia, monseñor Stanislao Dziwisz, 69, el legendario secretario de Juan Pablo II. Marcha a todo vapor el proceso de beatificación de ese Papa y Benedicto XVI dará a monseñor Dziwisz la felicidad de recibirlo con el birrete rojo en la cabeza cuando el Papa visite Polonia entre el 25 y 28 de mayo. Del resto sobresalen el arzobispo de Paris, André Vingt-trois; el de Bolonia, monseñor Carlo Cafarra; el español de Toledo Antonio Canizarez Llovera (muy estimado por el Papa) y Patrick O'Malley, arzobispo de Boston. Los otros, además del arzobispo de La Paz, son los episcopales de sedes en Bordeaux, Dublin, Argel, Nairobi y Dakar.
Entre los altos personajes de la Curia, espera la promoción a cardenal, en primer lugar, el sucesor de Joseph Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio, el norteamericano William Joseph Levada. También el prefecto de la Congregación para los religiosos, el esloveno Franc Rodé; el presidente del Consejo que se ocupa de las obras de caridad de la Iglesia, el alemán Paul Cordés, y el polaco Stanislao Rylko.
En cuanto a los cambios en la Curia Romana, se especula siempre en torno al cargo más importante. ¿Se va o sigue al frente de la Secretaría de Estado el "primer ministro", cardenal Angelo Sodano, de 78 años? Algunos lo dan haciendo las valijas, pero otros aseguran que está bien firme como número dos de la Iglesia.
Dicen que el Papa podría anunciar un cambio en el límite de edad. Los obispos o cardenales con cargo en el mundo y la Curia, deben renunciar a los 75 años. Ratzinger podría postergarles el retiro hasta los 78. El mismo pontífice fue elegido a esa edad y cumplirá 79 el 19 de abril. En este caso podrían quedarse dos "ministros": el colombiano Dario Castrillon Hoyos, de la Congregación para el Clero, y el cardenal español del Opus Dei Julian Herranz. Ambos fueron artífices de las maniobras en las cumbres vaticanas en los meses anteriores a la muerte de Juan Pablo II, para que el Cónclave eligiera a Benedicto XVI, quien ahora no querría privarse de tan íntimos colaboradores.
Fuente: Clarín, Argentina.
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