Perú, rumbo a la segunda vuelta

Las elecciones realizadas el domingo en Perú no permitieron consagrar mayorías y minorías claras y obligarán a una segunda vuelta para dirimir, entre los dos candidatos más votados, quién serán finalmente el próximo presidente.El candidato nacionalista Ollanta Humala, una figura que surgió en poco tiempo desde fuera de la política tradicional y sobre el que existen serios interrogantes e incógnitas, logró una primera minoría que no le alcanza para avanzar confiado hacia el triunfo. El otro dato significativo es el virtual empate entre los dos candidatos que compiten por el segundo lugar, el ex presidente Alan García y la dirigente socialcristiana Lourdes Flores y la prefiguración de un Congreso fragmentado, que obligará a acuerdos para poder gobernar. Hubo, además, una alta participación electoral; un indicador interesante y positivo, que puede atribuirse a que la sociedad se sintió motivada por la intensa competencia entre fuerzas y líderes muy diferenciados, por las demandas de cambio y por la posibilidad de canalizar su descontento. La campaña electoral mostró, en efecto, dos caras contrastantes: hubo una confrontación mediática agresiva, con descalificaciones, graves acusaciones e insultos, pero ésta permitió también confrontar diferentes ideas y visiones de la realidad. Es de esperar que las expectativas con las que los peruanos concurrieron a votar se vean correspondidas por actitudes responsables de sus dirigentes; con una competencia que ofrezca mayor claridad sobre cuáles son las políticas concretas y rumbos que se proponen para resolver los problemas económicos, sociales y políticos del Perú sin recaer en las traumáticas experiencias y frustraciones del pasado. Los resultados de la primera vuelta en las elecciones peruanas obligarán a la responsabilidad de sus dirigentes para dirimir una elección presidencial que permita confrontar propuestas y superar la polarización y la fragmentación.