¿A qué parcela del universo de votantes deberían dirigirse esta noche Alan García y Ollanta Humala? Los que mejor pueden responder esa pregunta son, precisamente, los expertos que están detrás de las encuestas y que, mes a mes, auscultan el pálpito político de los ciudadanos. Manuel Torrado, de Datum, por ejemplo, considera que el debate será importante para el 23% del electorado que aún no ha definido su voto. "De ese porcentaje, creo que quedará un 10% que votará en blanco o nulo, y que el 13% restante sí puede definir su voto a partir del debate". Torrado apunta, además, que para esta noche será vital el lenguaje televisivo que dominen los protagonistas del contrapunto electoral. "El debate es un espectáculo y los detalles y gestos son más importantes que el fondo". De otro lado, para Giovanna Peñaflor, cabeza visible de la empresa Imasen, García y Humala hoy le deben hablar, no a los peruanos de la clase media, sino a los de sectores empobrecidos. "Creo que ellos van a tratar de convencer al público bajo típico, que es un público distinto al que va a analizar el debate en los medios de comunicación. El debate no está dirigido a los analistas".
Sobre la función que cumplirá Lima como bloque a captar por los dos aspirantes, Peñaflor cree que esa debiera ser una estrategia secundaria. "Lima es una plaza por ganar, pero ninguno de los dos puede olvidarse del interior. La preocupación por Lima no debe evitar un mensaje descentralista". Finalmente, Luis Benavente, titular del Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima, estudia el escenario del debate y advierte que los electores indecisos serán los televidentes más atentos de esta noche. "Lo interesante será el 'score' que puedan poner los indecisos y quienes piensan votar en blanco o nulo, que podrían cambiar de opinión y que representan el 18,3% en nuestro último estudio. También hay un porcentaje indeterminado del 'voto móvil', gente que ya decidió su voto pero que podría cambiar de opinión". Benavente supone que las declaraciones emitidas por Vladimiro Montesinos en las últimas horas abren un espacio aún difícil de configurar. "La intervención de Montesinos tendría que perjudicar a Humala, pero --al establecer una distancia entre ellos-- se desmorona la teoría de que existía un gato encerrado de parte de los dos. Eso podría favorecer a Ollanta. Las declaraciones de Montesinos van a tener una onda expansiva incierta. No hay todavía elementos de juicio objetivos para decir a quién va a favorecer".
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