lunes, julio 24, 2006

Los líderes de Serbia y Kosovo se reúnen en Viena para decidir el futuro de la provincia

Los máximos responsables serbios y albanokosovares han iniciado en Viena las negociaciones para decidir el futuro estatus de Kosovo, la todavía provincia de Serbia, pero gobernada por la ONU desde la guerra de 1999. Naciones Unidas quiere que la decisión se tome antes de que acabe este año.
Arriba, el primer ministro kosovar y el presidente; y abajo el primer ministro serbio y el presidente. (AFP)
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Arriba, el primer ministro kosovar y el presidente; y abajo el primer ministro serbio y el presidente. (AFP)

El enviado especial de la ONU para Kosovo, Martti Ahtisaari, ha abierto las primeras negociaciones directas entre el presidente y primer ministro serbio, Boris Tadic y Vojislav Kostunica; y sus homólogos de Kosovo, Fatmir Sejdiu y Agim Ceku. La ministra austríaca de Asuntos Exteriores, Ursula Plassnik, ha pedido a los responsables políticos de Belgrado y Pristina que aprovechen esta ronda de negociaciones para buscar una solución negociada que garantice la paz. "Con estas conversaciones directas al más alto nivel las negociaciones sobre el estatuto de Kosovo entran en una fase nueva y crítica", destacó en un comunicado.

"Belgrado y Prístina tienen ahora la oportunidad de alcanzar una solución negociada con la ayuda de la comunidad internacional. Lo que se les exige ahora es sentido de la responsabilidad y de la medida. En este contexto, yo desearía ver de ambas partes más realismo y compromiso", agrega la ministra. Para Plassnik, lo importante es que "se llegue a un resultado que contribuya a estabilizar la región, que encuentre el apoyo de la población y que garantice a todos sus habitantes, sea cual sea su pertenencia étnica, un futuro con paz, dignidad y seguridad". Es en éste último punto donde todavía queda mucho por hacer, según la ministra, quien considera necesario "lograr, mediante medidas eficaces de descentralización, que todos los ciudadanos de Kosovo, y especialmente los pertenecientes a las minorías, puedan contar con sólidas estructuras de la administración propia".

Posiciones opuestas

No obstante, no se esperan resultados concretos de esta primera toma de contacto, pues las posiciones entre ambas partes siguen diametralmente opuestas, algo que ha podido palparse en las siete rondas de negociaciones sobre la descentralización y asuntos religiosos y económicos, celebradas en los últimos cinco meses en la capital austríaca sin ningún tipo de resultados.

El objetivo del gobierno serbio es otorgarle a Kosovo —que desde hace más de ocho siglos forma parte integral de Serbia— un máximo posible de autonomía, sin aceptar un estado independiente. Los albanokosovares, por su parte, no están dispuestos a aceptar otra cosa que no sea la independencia para su territorio, que desde el fin de la guerra, hace siete años, está administrado por la comunidad internacional.

Así, Kostunica volvió el sábado a descartar la independencia de Kosovo. "Cuanto antes se olvide la peligrosa idea de formar algún nuevo Estado en el territorio de Serbia, tanto mejor para todos, y, desde luego, tanto mejor para la estabilidad duradera de toda la región", indicó. Una "independencia condicional", como la proponen algunos, es inaceptable para Serbia, que insiste en el respeto de su soberanía e integridad territorial internacionalmente reconocidas, pero tampoco para los albanokosovares, que llevan años exigiendo "el reconocimiento" de su independencia total. La comunidad internacional insiste en mantener Kosovo como entidad multiétnica, con sus minorías serbia, turca, gitana y musulmana eslava, entre otras. En Kosovo viven aproximadamente dos millones de personas, de ellas menos de 100.000 serbio kosovares que se concentran en su mayoría en la parte norte de la provincia.

Fuente: Diario El Mundo de España

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