Trece ecuatorianos, una mujer entre ellos, quieren hacerse con el sillón presidencial, que ocupa el cardiólogo Alfredo Palacio desde abril de 2005, cuando fue derrocado el ex coronel Lucio Gutiérrez. El favorito para estas elecciones, el izquierdista Rafael Correa, del movimiento Alianza País, asegura que vencerá en la primera vuelta, mientras León Roldós, Álvaro Noboa y Cynthia Viteri se muestran seguros de pasar a una segunda ronda y ninguno niega que Correa vaya a ser su contrincante.
Según un estudio de la encuestadora privada Cedatos-Gallup, que tiene un margen de error de más menos tres puntos, Correa, liderará la carrera electoral con 31,1% de los votos válidos, que excluyen nulos y blancos. Le sigue Noboa con el 25,2%, mientras el socialdemócrata León Roldós figura como tercero, con el 19,1%, y la socialcristiana Cynthia Viteri cuarta, con 11,5%. Si ninguno de los candidatos presidenciales obtiene la mayoría más uno de los sufragios, o el 40% superando en 10% al segundo, está prevista una segunda vuelta el 26 de noviembre entre los dos más votados.
Una inestable historia política
La historia política de Ecuador después de la presidencia de Durán Ballén (1992-1996) cifra su inestabilidad en varios jefes de Estado elegidos, temporales e interinos, con fugaces triunviratos o asambleas nacionales de por medio. El populista Abdalá Bucaram, líder histórico del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), ganó las elecciones en 1996, pero no duró ni seis meses en el Gobierno que asumió el 10 de agosto de ese mismo año y del que fue destituido el 6 de febrero de 1997. El Parlamento destituyó a Bucaram por "incapacidad mental para gobernar", decretada sin examen médico ni derecho a la defensa. Su vicepresidenta, Rosalía Arteaga, basada en el derecho constitucional de la sucesión presidencial, reclamó para sí la jefatura de Estado, en la que estuvo pocas horas, lo que le valió el apodo de "Rosalía la breve".
Su presidencia, denominada "temporal", resultó tan fugaz que ni siquiera consta en varias de las listas oficiales de presidentes de Ecuador, aunque en 2005 el Gobierno de entonces la reconoció, por decreto, como jefa del Estado, la primera de esta nación andina de 13,4 millones de habitantes. A Arteaga le sucedió en el cargo el titular del Parlamento, Fabián Alarcón, presidente interino (11 de febrero 1997-10 de agosto de 1998), que entregó el cargo a Jamil Mahuad, ganador en unas elecciones en las que venció en segunda vuelta al multimillonario Álvaro Noboa, que denunció un fraude que no se comprobó.
Aunque fue elegido para un periodo de cuatro años, Mahuad gobernó Ecuador entre el 10 de agosto de 1998 y el 22 de enero de 2000, cuando fue derrocado en medio de una revuelta indígena apoyada por coroneles rebeldes, entre ellos Lucio Gutiérrez. En un triunvirato pasajero, Gutiérrez, un abogado indígena, formó una efímera asamblea.
Poco después de esa disolución, a Mahuad le sucedió en el cargo su vicepresidente, Gustavo Noboa, quien juró su nueva función y firmó su primer decreto en el Ministerio de Defensa y no en el Parlamento.
Noboa, que gobernó Ecuador entre el 22 de enero de 2000 y el 15 de enero de 2003, dejó la Presidencia a Lucio Gutiérrez, ganador en las elecciones de 2002, en las que el millonario Álvaro Noboa volvió a perder en segunda vuelta. Gutiérrez, que fue edecán de Bucaram, y por ello testigo de su destitución, y que fue protagonista de la revuelta indígena contra Mahuad, sostiene ahora que fue "víctima" de un "golpe de Estado" del que culpa a quien fuera su vicepresidente, Alfredo Palacio.
En medio de crecientes protestas populares en Quito, el Parlamento destituyó a Gutiérrez el 20 de abril de 2005 por "abandono de cargo", pese a que aún estaba en funciones en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo. Palacio asumió el mando en una accidentada sesión en una sede alterna del Parlamento y juró el cargo ante quien en ese momento era presidenta en funciones del Legislativo, Cynthia Viteri, a la sazón diputada.
Viteri figura ahora entre los candidatos para suceder a Palacio en los comicios de hoy, en los que 9,1 millones de ecuatorianos deberán elegir al jefe de Estado para un periodo que, en principio y constitucionalmente, debería extenderse entre el 15 de enero de 2007 y esa fecha de 2011.
Fuente: Diario El Mundo de España
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