El ascendente conflicto por el mecanismo de aprobación de las reformas constitucionales se traslada a Cochabamba, donde mañana se inaugura la II Cumbre Sudamericana, a la que sólo cuatro presidentes ratificaron oficialmente se asistencia. Mientras Unidad Nacional (UN) decidió trasladar su huelga de hambre hasta esa capital, una irregular sesión del Senado instalada por los opositores aprobó una declaración para gestionar la intermediación de los presidentes que asistan a la Cumbre. La declaración, que será entregada a la Cumbre de Cochabamba, “pide a la Reunión de Presidentes de América Latina puedan exhortar al Gobierno de Bolivia al cumplimiento de la Constitución y la Ley de convocatoria a la Constituyente”. En el caso de la huelga de UN, el secretario ejecutivo de este partido, Jaime Navarro, informó que ayer decidieron el traslado, aunque evitó dar mayores detalles “por estrategia, pero sobre todo por seguridad”. Admitió que el motivo es que la atención del continente estará en ese lugar.
UN es el partido que hace 19 días comenzó con la huelga de hambre por los dos tercios y que hasta la fecha instaló 14 piquetes con 79 huelguistas en los nueve departamentos del país. Los huelguistas de este partido engrosarán las filas de los cinco piquetes que hasta ayer se instalaron en esa capital, en los que participan cerca de 30 ayunadores, a los que el lunes se sumará el prefecto Manfred Reyes Villa, según él mismo anunció ayer. Este panorama se suma la instrucción que ayer el MAS hizo llegar en Sucre a sus 142 asambleístas, para que también se trasladen a Cochabamba para participar en las cumbres Sudamericana y Social, según señala un comunicado oficial de la directiva de esa bancada. Este hecho fue cuestionado por la bancada de Podemos, que ayer denunció que el oficialismo, en vez de solucionar los conflictos del país, prefiere solventar viajes con fines políticos.
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