El profesor italiano, Mario Scaramella, que comió con el ex espía ruso envenenado Alexander Litvinenko, ha declarado a la cadena CNN que se reunió con él para advertirle de que estaba en peligro. Lo cuenta postrado en su cama del hospital, donde ha sido ingresado por tener en su organismo, como su amigo fallecido, restos de polonio 210. Scaramella, experto en seguridad y espionaje, se encuentra bien, pese al polonio. Los niveles de la sustancia encontrados son bajos, según los médicos. "Recibí varios e-mails de otra fuente que él (Litvinenko) me presentó hace unos años diciendo que él y yo estábamos bajo una atención especial de gente hostil, así que tuviéramos cuidado", ha declarado el profesor en una entrevista en exclusiva para la CNN. Según él, y así se lo dijo a Litvinenko, éste era objetivo de "gente vinculada con organizaciones clandestinas de Rusia, pero no directamente controladas por Rusia... generalmente gente retirada del servicio de seguridad". Pero el ex espía, al parecer, ya estaba en alerta, "siempre estaba alerta", dice Scaramella.
El restaurante 'Itsu' agradece las muestras de ánimo ten un cartel ras cerrar temporalmente el local. Dicen que "un incidente de espionaje internacional ha transformado 'Itsu' en lugar de encuentro muncialmente famoso". (Foto: AFP)
Aquel encuentro entre los dos se produjo el 1 de noviembre en el restaurante japonés 'Itsu', de Londres. Litvinenko comió sushi "porque le gustaba", dice Scaramella; de hecho, ya se habían visto allí anteriormente. El profesor no comió porque "era por la tarde, no la hora de comer" y porque no le gusta el sushi, alega. "nos vimos para hablar de trabajo, no para comer", sostiene el profesor italiano. Litvinenko creyó que ese día había sido envenenado. El día 23 del mismo mes murió después de varios días ingresado en el hospital. Los restos de polonio 210 se encontraron en su autopsia. "Teniendo en cuenta que yo sobreviví y me encuentro bien, no creo que yo fuera también un objetivo; es importante subrayar esto", apunta Scaramella. Sobre las sospechas que pueden recaer sobre él por haberse entrevistado aquel día con el fallecido, el hospitalizado asegura que la policía británica no lo ha considerado nunca sospechoso y que ha cooperado en todo momento con ella.
En un asunto tan turbio la credibilidad de Scaramella está en entredicho desde el principio. La CNN cita unas declaraciones de Andrea Mergelletti, un consejero de inteligencia del Senado italiano, que dice: "Mario Scaramella es uno de esos que trabaja en el mundo gris de la inteligencia. Nosotros le consideramos una especie de "quiero ser 007", como gente que quiere jugar un papel, pero en realidad, en el teatro de la realidad del campo de la inteligencia, desempeña sólo un papel secundario". El Gobierno ruso ha negado tener que ver en la muerte de Litvinenko y ha asegurado a las autoridades británicas que colaborará en la investigación. Sin embargo, este martes, el fiscal jefe de Rusia ha anunciado que no permitirá a los investigadores rusos interrogar dos personas con las que espera hablar la policía británica: Andrei Lugovoy, un ex agente del KGB que se vio con Litvinenko el mismo día que con Scaramella, y Mijail Trepashkin, un ex colega de Litvinenko en la contrainteligencia que le avisó una vez de que había un complot para matarlo y que ahora está en prisión por revelar secretos de Estado.
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