Animado por su abrumadora victoria en los comicios de diciembre, el presidente venezolano Hugo Chávez tiene a su disposición el capital político que necesitaba para enrumbar decididamente a Venezuela por la vía del socialismo y profundizar su revolución. Pero la verdadera prueba de fuego que ahora le espera al mandatario es demostrar con hechos y no palabras que cumplirá sus promesas de combatir la pobreza, el desempleo galopante y la delincuencia.
La mayoría de los electores lo apoyaron convencidos de que en los ''próximos años van a comenzar a comer y vivir mejor... dudo que alguien haya votado por el socialismo, como el presidente ha venido pregonando'' desde su victoria el 3 de diciembre, comentó el analista y encuestador Luis Vicente León. Chávez, por ahora, sólo se ha limitado a adelantar algunas pinceladas de lo que será su nuevo mandato de seis años. Poco después de ser reelegido, anunció que se venía la ``profundización, ampliación y expansión de la revolución en la vía venezolana hacia el socialismo''. ''Que nadie le tenga miedo al socialismo... el socialismo es amor'', gritó el mandatario, quien ha asegurado que su objetivo primordial es redistribuir la riqueza petrolera entre los pobres.
Una reciente encuesta de The Associated Press ,realizada por la firma Ipsos con sede en París, reveló que el 37 por ciento de los venezolanos está a favor de un sistema económico socialista, el 22 por ciento está a favor del capitalismo y el 33 por ciento expresó que prefería una mezcla de lo dos. Aunque Chávez es un cercano aliado del líder cubano Fidel Castro, la encuesta también indicó que el 84 por ciento de los venezolanos se opone a adoptar un sistema político al estilo de Cuba, una opinión que trascendió las diferentes clases sociales. ''Lo que los venezolanos queremos es poder vivir en paz y democracia. Tener un buen trabajo, una casita y seguridad, que no te maten en la puerta de tu casa. Para eso voté por Chávez, ahora espero que me cumpla'', dijo Jenifer Pérez, una vendedora ambulante de 27 años de edad.
La gran mayoría de las encuestas previas a las elecciones revelaron que los venezolanos, a pesar de respaldar a Chávez, están insatisfechos y sobre todo quieren que en el corto plazo el gobierno resuelva los problemas de desempleo, escasez de vivienda, pobreza y delincuencia. Durante el 2005 se reportaron unos 9,000 homicidios, cifra ligeramente inferior a la del año anterior, mientras el déficit habitacional supera el millón y medio de viviendas. En Venezuela, aunque es el quinto exportador de petróleo del mundo, cerca del 37 por ciento de su población está en la pobreza, según cifras del gobierno. Y casi la mitad de la masa laboral o 5,2 millones de personas está en la economía informal (en su mayoría vendedores ambulantes), sumados a 1,1 millón de desempleados. El ex teniente coronel es considerado un Mesías por millones de personas que viven en la pobreza y creen que Chávez castigara la corrupción, eliminará la miseria y regresará a este rico país petrolero a los días de la ``Venezuela Saudita''. Recurriendo a los ingresos petroleros, el gobernante ha logrado cautivar una base de fieles seguidores debido a su carisma y programas sociales llamados ''Misiones'', que para aliviar la pobreza ofrecen desde alimentos a bajos precios hasta ayuda en efectivo para madres solteras sin empleos.
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