Intel asegura, además, que sus chips serán más rápidos, fiables y eficientes, lo que permitiría la fabricación de artilugios más pequeños y con más capacidad de cálculo.
Cien veces más pequeños que una célula
Un chip está formado por uno o varios procesadores, y un procesador está compuesto a su vez por transistores: conmutadores que se encienden y apagan activados por pequeñas descargas eléctricas. El primer transistor de la historia, creado en 1947, ocupaba la palma de una mano. Un centenar de los que Intel acaba de inventar cubren la superficie de un solo glóbulo rojo, según indica la compañía. A medida que las dimensiones de los chips se han ido reduciendo, parte de esas descargas eléctricas que debían ordenar el funcionamiento de los transistores se perdían. Algo así como si los minúsculos transistores no pudieran absorber toda la carga eléctrica a la que son sometidos. Ello se traducía en pérdidas de información y recalentamientos en los ordenadores; algo que, según Intel, no pasará con su nuevo chip. La clave es un nuevo material, un metal llamado high-K.
Rendimiento desconocido
La compañía estadounidense ha bautizado como "Penryn" a estos nuevos chips, pero ése no será su nombre comercial definitivo. Tampoco se ha hecho pública la velocidad de cálculo de estos componentes, que comenzarán a ser frabricados en tres factorías (dos en EE UU, una en Israel) a finales de año. "Es el mayor cambio en la tecnología de transistores" desde finales de los sesenta, ha declarado a la BBC el propio Moore.
Fuente: Artículo del diario español El País
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