jueves, enero 18, 2007

Buques de guerra y discursos severos alientan un enfrentamiento con Irán

La severa retórica del presidente George W. Bush y el envío de buques de guerra al Golfo Pérsico parecen señalar que la Casa Blanca ha enfocado su mirada en Irán, lo cual podría señalar el comienzo de otra Guerra Fría, o inclusive, una letal confrontación. Mientras el portaviones Stennis comenzaba su travesía hacia el Golfo Pérsico el martes, altos funcionarios estadounidenses que viajaron a la región defendieron la creciente presencia de la superpotencia como la única manera de demostrar a Irán que la devastadora guerra de cuatro años en Irak no ha causado mella en Estados Unidos.




EL PORTAVIONES estadounidense Stennis comenzó su travesía hacia el Golfo Pérsico el martes.


El envío de otro portaaviones al Golfo Pérsico, por primera vez desde el 2003, y el emplazamiento de una batería de misiles Patriot en la región, marca una mayor presencia de Estados Unidos en Medio Oriente en una época en que los esfuerzos diplomáticos con países tales como Irán y Siria están totalmente estancados. También coloca la política del gobierno de Bush en abierta contradicción con las recomendaciones del bipartidista Grupo de Estudios de Irak, liderado por el ex secretario de Estado James Baker, y el ex representante demócrata Lee Hamilton. El grupo recomendó a la Casa Blanca abrir negociaciones con Irán y Siria a fin de conseguir mayor apoyo regional hacia Irak.

Trita Parsi, un experto en Medio Oriente y de origen iraní, vaticinó que la estrategia agotará los recursos norteamericanos y socavará la posición de Estados Unidos en la región. Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní-Estadounidense, advirtió que ``Irán es una gran potencia en la región. No es posible intentar contenerlo sin arriesgar una confrontación''. En un discurso la semana pasada, Bush dijo que Estados Unidos no negociará con países que patrocinan el terrorismo y prometió ''interrumpir el flujo de apoyo proveniente de Irán y Siria'' presuntamente destinado a la resistencia iraquí. Irán y Siria han negado respaldar a combatientes en Irak. Irán ha negado también que cinco de sus ciudadanos, detenidos en una incursión de soldados norteamericanos en una oficina de enlace iraní en Irbil, en el norte de Irak, hayan participado en el financiamiento y equipamiento de los insurgentes. Y ha exigido su liberación junto con el pago de compensación por daños.

La andanada de Bush contra Irán, y el envío de barcos al Golfo Pérsico, fue defendido por algunos, indicando que se trata de una necesaria demostración de fuerza. James Carafano, experto en Medio Oriente del grupo de estudios conservador Heritage Foundation, comparó la actitud frente a Irán con ``la vigorosa política de contención de la Unión Soviética durante la Guerra Fría''. Pero Jon Soltz, un veterano de la guerra de Irak que lidera el grupo VoteVets Action Fund, dijo que esas maniobras fracasarán pues el gobierno de Estados Unidos carece de poder para forzar un cambio de régimen en Irán. Soltz indicó que la acción podría ser el anticipo de un ataque contra Irán, o un intento de obligar a Teherán a entrar en negociaciones para abandonar su programa nuclear. Sin embargo, ''si seguimos librando juegos de guerra'' con los iraníes, dijo Soltz, ``les daremos más razones para que nos dejen empantanados en Irak''.

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