ECUADOR: Los cinco ejes del Gobierno

En el discurso de posesión, el presidente Rafael Correa sistematizó su proyecto de gobierno en cinco ejes, que deben ser considerados las bases estructurales para el seguimiento y evaluación gubernamental. Para este propósito es fundamental que luego del enunciado se informe sobre el desarrollo de cada uno de ellos; es decir, las concreciones, el cronograma, las prioridades y los ámbitos que corresponderán al Ejecutivo o al Legislativo. El primer eje, relacionado con la consulta popular y la asamblea constituyente, internamente estaría cumplido y corresponderá al Congreso Nacional y al Tribunal Supremo Electoral complementar su realización, sin descartar las controversias jurídicas dentro del orden constitucional vigente.

La lucha contra la corrupción, el segundo eje, es el capítulo más difícil y exige una planificación muy concreta, puesto que el mal es muy grande y la percepción que se tiene del Ecuador al respecto es extremadamente negativa. Como en ninguna otra área, el éxito del propósito estará en la menor distancia entre lo que se quiere y lo que realmente se realiza y produce efectos perceptibles y verificables.

El tercer eje, el de la soberanía económica, requiere una ampliación de su contenido, dada la inserción de la realidad ecuatoriana en el mercado mundial. Sería peligroso seguir repitiéndolo y no definir los contenidos que permitirán conocer los cambios que se van a realizar y estimar sus efectos colaterales. En este campo, los hechos inquietan a los mercados menos que los discursos.

En cuanto a la política en educación y salud, gran parte del éxito será continuar con la política del Gobierno anterior; en este ámbito, la ratificación del Ministro de Educación es una demostración de seriedad y madurez. Finalmente, las definiciones sobre una política integracionista son aplaudidas y compartidas en todos nuestros países . El gran problema radica en que, siguiendo una inveterada tradición de fragmentación regional , cada país en Sudamérica maneja una agenda de intereses exclusiva, a veces excluyente, que impide que anhelos tan queridos desde la independencia se hagan realidad. Por esa causa estructural ni siquiera prospera la integración regional.

Fuente: Editorial del diario El Comercio de Quito