Hugo Chávez cuenta con muchas cosas que le envidiarían otros mandatarios: apoyo popular, una oposición aislada, el Congreso de su lado y otro mandato de seis años para hacer lo que quiera. A menos de dos meses de haber sido reelegido, Chávez asumirá nuevas atribuciones que le permitirán reformar la sociedad por decreto, colocando a Venezuela en el umbral de una serie de cambios profundos. La aprobación de la medida por parte de la Asamblea Nacional, que tendrá lugar probablemente mañana miércoles, es considerada una formalidad.
Chávez dice que se está comenzando una nueva era, en la que planea nacionalizar varias empresas, imponer nuevos impuestos a los ricos y reorientar la educación hacia los ``valores socialistas''. Con un fervor casi religioso y una gran riqueza petrolera, Chávez usa su fuerza política como nunca antes. Ya han empezado a sentirse los efectos del cambio, tanto los venezolanos felices porque esperan tener voz en una sociedad más equitativa, como otros que temen perder progresivamente las libertades individuales. Los aconteceres diarios alimentan la sensación de que el país se encuentra en transición.
Bajo los reflectores en el patio de una escuela, un grupo de vecinos se reúne de noche para hablar sobre los mecanismos del poder en Venezuela. Pero no el que se concentra en las manos de Chávez, sino más bien a nivel de bases. Como miembros de los recién formados Consejos Comunales, empiezan a tener una participación más directa en el manejo de los fondos gubernamentales para proyectos que van desde la vivienda hasta reparar huecos en las calles. ''El poder ejecutivo ha estado promoviendo cambios importantes'', dijo por medio de un micrófono Freddy Alvarez, poblador de la localidad, quien indicó que la ley considerada por la Asamblea representa un paso en la campaña para traspasar ``el poder a las comunidades''. ''El país avanza hacia una transformación, vinculada directamente con todos nosotros'', precisó, llamando a más vecinos a unirse a los consejos. Aunque no todos los reunidos apoyan a Chávez, esta asamblea en el barrio de clase trabajadora de El Junquito es un caso de lo que el mandatario describe como un ejemplo de que el país marcha hacia el socialismo.
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