Casi cuatro años después de la invasión norteamericana, empresas de Estados Unidos y de Gran Bretaña se llevarán la parte más significativa de la riqueza petrolera de Irak -la tercera reserva en importancia en el mundo-, si prospera una nueva ley que se presentará en el Parlamento de Bagdad en los próximos días. Así lo señaló ayer el dominical The Independent of Sunday , que tuvo acceso a un borrador de esa ley, en cuya elaboración participó directamente, según el periódico, el gobierno de Estados Unidos.
La ley en cuestión concede a grandes grupos petroleros como BP, Shell y Exxon contratos de treinta años de vigencia para extraer crudo iraquí y permite la primera operación a gran escala de intereses occidentales desde que se nacionalizó esa industria, en 1972.
El proyecto alimenta las suspicacias de quienes advirtieron que la invasión a Irak fue lanzada para obtener el control de las reservas petroleras y no por la presencia de armas de destrucción masiva durante el régimen de Saddam Hussein.
Ejecutivos y analistas del sector afirman que la ley, que permitiría a las compañías de ambos países embolsar hasta un 75% de los beneficios en los primeros años, es la única forma que tiene el país árabe de poner de nuevo en pie su industria petrolera tras años de sanciones y de guerra. Sin embargo, explicó el periódico dominical británico, la ley prevé acuerdos para compartir la producción, algo muy poco habitual en Medio Oriente: la industria petrolera de los dos mayores productores mundiales -Arabia Saudita e Irán- está bajo control estatal. Los críticos de la nueva legislación condenan que se trate de obligar a Irak, cuya economía depende en un 95% del petróleo, a hacer entrega de su soberanía hasta "grados inaceptables".
Al mismo tiempo recuerdan que cuando, en 2003, el primer ministro británico, Tony Blair, justificó la invasión de Irak ante el Parlamento, calificó de "falsas" las acusaciones según las cuales Washington y Londres sólo querían quedarse con el petróleo de ese país. Blair había dicho que los ingresos procedentes de esa fuente debían ir a un fondo en fideicomiso gestionado por la ONU, una idea que no ha vuelto a mencionarse en ningún ámbito. También el ex secretario de Estado norteamericano Colin Powell había afirmado en su momento que "el petróleo del pueblo iraquí pertenece al pueblo iraquí; es su riqueza y se utilizará en beneficio suyo". La mayoría de los ingresos Según los partidarios de la nueva legislación, la cláusula mediante la cual se permitirá que las compañías occidentales se lleven hasta el 75% de los beneficios del petróleo durará hasta que se hayan recuperado los costos iniciales de perforación. Después se contentarán con un 20%, según fuentes del sector en Irak, aunque, como afirma The Independent , ese último porcentaje es el doble del normalmente establecido en ese tipo de acuerdos. Los analistas afirman que Irak será forzado a pagar un precio enorme durante los próximos 30 años por su inestabilidad actual, que lo deja en una posición muy débil para negociar un acuerdo provechoso.
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