lunes, enero 08, 2007

Otro avispero en el Cáucaso

El deterioro de las relaciones entre Rusia y Georgia ha atrapado a Osetia del Sur, una región secesionista de 3.900 kilómetros cuadrados (la mitad que la provincia de Valladolid) y 70.000 habitantes, enquistada en la vertiente meridional de la cordillera del Cáucaso. Los osetios del Sur afirmaron su identidad con las armas en la mano ante Georgia en 1991-1992 y se declararon independientes de forma unilateral en 1992. Ningún país los ha reconocido y la pugna entre Moscú y Tbilisi está reduciendo las opciones de esta comunidad caucásica a un dilema entre integrarse en el Estado georgiano o asimilarse a Rusia.
En 2007, España deberá ocuparse de Osetia del Sur en calidad de presidente de turno de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, integrada por 56 Estados). Esta organización participa en el mecanismo de resolución del conflicto, que fue concertado por georgianos, rusos y osetios en 1992. Tres batallones (uno georgiano, otro ruso y un tercero con efectivos de Osetia del Sur y de la vecina provincia rusa de Osetia del Norte) mantienen el alto el fuego en una zona, donde los pueblos osetinos y georgianos se suceden y se mezclan como en un mosaico.
En Kurta, uno de esos pueblos georgianos enquistados en Osetia del Sur, el Gobierno de Tbilisi ha apoyado la elección de un "presidente osetio alternativo" con la esperanza de dividir a los separatistas. El presidente georgiano Mijaíl Saakashvili, que llegó al poder en 2003, desea la retirada de las tropas rusas, a las que contempla como fuerzas ocupantes. Mientras tanto, el régimen separatista de Tsjinvali considera la presencia rusa como garantía del alto el fuego.

Georgia trata de incorporar a un grupo de ex funcionarios osetios renegados del independentismo a los mecanismos reguladores del conflicto, que hoy se encuentran estancados. En espera de que se desbloqueen las negociaciones entre Rusia, Georgia y los independentistas, la OSCE intenta mejorar la situación económica. Para ello, gestiona un programa de rehabilitación y desarrollo por valor de 10 millones de euros destinado a aliviar las privaciones cotidianas de los 70.000 residentes en este territorio empobrecido y cada vez más despoblado. El 12 de noviembre pasado, los separatistas osetios reafirmaron en un referéndum la voluntad de independencia que habían expresado en otra consulta popular en 1992 y reeligieron a su presidente, Eduard Kokoiti. El mismo día, Georgia se apuntaba un tanto mediante la "elección" de un "presidente alternativo" de Osetia del Sur en la persona de Dmitri Sanakóyev, un antiguo jefe de Gobierno y ex ministro de defensa separatista, que ha renegado de sus convicciones y se ha establecido en Kurta, un pueblo georgiano a 6 kilómetros de Tsjinvali.

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