Asambleístas y no asambleístas están conscientes de esta situación, lo que crea el temor de que la aprobación de la nueva Constitución tenga todavía obstáculos que vencer. Y, por supuesto, no será fácil de hacerlo. En esa instancia puede repetirse el desencuentro que duró más de seis meses para llegar, en condiciones muy precarias, al acuerdo que finalmente encaminó la iniciación de los debates a partir del lunes 26 de febrero.
El vicepresidente Álvaro García Linera admitió, en declaraciones a La Razón, que existe aquella debilidad, pero, a manera de compromiso, dijo que "nos vamos a esforzar para que todos los artículos estén aprobados por dos tercios hasta el 2 de julio y esperamos encontrar en los partidos de la oposición la misma actitud constructiva". Todos esperan que así sea.
A su vez, el líder de la oposición, Jorge Quiroga, declaró que "será la responsabilidad de los miembros de este foro llegar al mayor número de consensos posibles hasta el 2 de julio". Añadió que "sería mucha irresponsabilidad llegar a un referéndum con muchos temas abiertos".
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