Los aspirantes a la Casa Blanca en las elecciones del 2008 en Estados Unidos, en una frenética carrera por conseguir dinero departen con los ricos para recaudar millones de dólares, mientras se avecina una primera fecha clave en el financiamiento de las campañas. Hillary Clinton, quien acaba de protagonizar un evento para recaudar fondos en la lujosa Beverly Hills de California, está definitivamente acumulando sorprendentes pagos de los donantes demócratas. Su principal rival en el campo demócrata, el senador Barack Obama, así como el candidato republicano y ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, también integran el grupo que anda en búsqueda de grandes sumas antes de que el sábado finalice el primer cuarto de la recaudación de fondos. ''Las cifras serán astronómicas y diferentes a lo que hemos visto en el pasado'', indicó el profesor Julian Zelizer de la Universidad de Boston.
El dinero es considerado usualmente la ''leche materna'' de la política estadounidenses, y es tan vital para un candidato como sus propuestas y el carisma. Pero para las elecciones del 2008, que se prevé serán las más costosas de la historia, con un monto de cerca de $1,000 millones, se ofrece un premio mayor al que reúna dinero primero, incluso diez meses antes de que los votantes tengan algo que decir con respecto a los candidatos. El año que viene podrían verse efectivamente dos elecciones: un trote veloz hacia las primarias, la mayoría en enero y febrero, y luego una carrera de largo alcance entre el candidato republicano y el demócrata hasta noviembre, fecha de las presidenciales. ''La habilidad para recaudar fondos será sinónimo de viabilidad'', dijo Costas Panagopoulos, quien es profesor asistente de Ciencias Políticas de la Universidad de Fordham en Nueva York. ''Los candidatos con más dinero llevan la delantera en una temporada de primarias de mucho peso'', agregó. Los candidatos necesitan costear múltiples vuelos a través del país, ejércitos de asesores y un bombardeo de propaganda en la televisión de alcance nacional. Aquellos que tienen grandes esperanzas ya guardan dinero para la campaña nacional. Para los candidatos que imponen el paso, la cantidad de dinero que reúnan en este primer cuarto de recaudación será una muestra de popularidad. Para los que se rezaguen, podría significar el fin de sus sueños con la Casa Blanca.
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