Los agentes del orden hicieron uso de gases lacrimógenos y porras para disolver a los manifestantes, que levantaron barricadas a las que prendieron fuego, así como varios vehículos que se encontraban estacionados en la calle.
En las cercanías del llamado Estado Libre de Cristiania, el complejo urbano en el centro de Copenhague que alberga una gran comuna anarquista, los manifestantes asaltaron un colegio y destrozaron su interior. Los disturbios duraron varias horas, aunque a partir de la media noche se tranquilizó el ambiente y cesaron los enfrentamientos entre los agentes del orden y los jóvenes radicales. La noche anterior la policía comunicó la detención provisional de otras 217 personas en la capital danesa por participar en disturbios similares.
Las protestas en Copenhague se vieron acompañadas por manifestaciones de adhesión de jóvenes radicales en otras ciudades europeas, principalmente en Alemania. En Berlín, el complejo arquitectónico que alberga las embajadas de Escandinavia, entre ellas la de Dinamarca, fue protegido por un amplio dispositivo policial, que se mantiene reducido, aunque vigilante.
El club juvenil 'Ungdomshuset' de Copenhague se encontraba ocupado ilegalmente desde 1981 y el pasado año fue vendido por el Ayuntamiento de la capital danesa a una iglesia independiente. Tras su desalojo por fuerzas antidisturbios en la noche del jueves al viernes pasados, los 'okupas' daneses reclamaron la ayuda solidaria de otros jóvenes radicales de países vecinos, muchos de los cuales se sumaron a la batalla campal.


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