jueves, marzo 22, 2007

Irak: 4 años después

Ayer dio la vuelta al mundo una imagen que, sin ser de sangre y destrucción -como las que llegan todos los días de Irak-, reflejó la caótica situación en esa nación, que esta semana completó cuatro años de ocupación militar de Estados Unidos. Las cámaras captaron el momento en el que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el primer ministro iraquí, Nuri Kamal al-Maliki, fueron estremecidos por el sonido de una explosión que tuvo lugar cerca del salón donde iniciaban una rueda de prensa, que fue inmediatamente acortada.

Nadie sufrió daño. Pero la explosión hizo sentir a los presentes la realidad de una guerra que, en opinión de la mayoría de los iraquíes (según una encuesta patrocinada por la BBC, la cadena ABC y el diario USA Today), ha llevado al país a una situación peor que la que vivía bajo Saddam Hussein.

Al cumplirse cuatro años de la invasión, nada parece indicar que Estados Unidos esté en camino de salir de la debacle que generó la aventura emprendida por el gobierno de George W. Bush el 20 de marzo del 2003 para librar al mundo de las armas de destrucción masiva que, según él, poseía Hussein.

El balance del cuarto aniversario de la guerra es desolador: más de 65 mil civiles iraquíes caídos, según la organización Iraq Body Count (cifra que otros consideran muy conservadora); cuatro millones de civiles desplazados y refugiados, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados; 3.223 muertos y 24.042 heridos en las filas estadounidenses (y 257 muertos de otros países, la mayoría británicos), y 351.000 millones de dólares en gastos hasta la fecha, sin contar 181.000 millones solicitados por Bush para sostener hasta el 2008 las operaciones y el aumento de tropas, con el que intenta responder a la crítica situación. La guerra sectaria entre sunitas y chiitas no tiene trazas de resolverse o amainar, y el vecindario está cada vez más preocupado.

Tal será el impacto para Bush y su partido, que aun sectores de la entraña republicana como la Asociación Nacional de Evangélicos, que agrupa a más de 40 mil iglesias, condenaron en días pasados lo que calificaron como torturas contra prisioneros toleradas por su gobierno (en Guantánamo, en Abu Ghraib), incompatibles con los principios cristianos.

Desde el triunfo demócrata en noviembre, el Congreso está en el centro del debate sobre el futuro de la guerra y el eventual retiro de las tropas estadounidenses. Pero Irak también divide aguas entre los demócratas, de cara a las presidenciales del 2008. El precandidato Barak Obama recuerda todos los días que se opuso a la guerra desde el principio, a diferencia de su rival, Hillary Clinton, que la apoyó en el Senado.

Cuatro años después, el resultado de la invasión es totalmente desalentador. Y no solo en Irak. El objetivo estratégico de acabar con Al Qaeda y derrotar el terrorismo está lejos de cumplirse.
Bagdad se ha convertido en caldo de cultivo y centro de adiestramiento de 'jihadistas' de todas las tendencias; en Afganistán, los talibanes han regresado con fuerza (junto con los cultivos ilícitos) y en el mundo musulmán ha crecido el odio contra Washington.

No debe sorprender que Irak se haya convertido en tema central de la campaña presidencial en Estados Unidos. El clima de opinión es claro: hace cuatro años, 72 por ciento de los estadounidenses apoyaba la guerra de Bush; hoy solo 35 por ciento está de acuerdo.

Fuente: Editorial diario El Tiempo de Bogotá Colombia

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