Tras dos semanas de parálisis y conflicto político desatados por la convocatoria a una Asamblea Constituyente, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, logró ayer el control del Congreso y se anotó un importante triunfo en su lucha por aprobar reformas de fondo, al conseguir una mayoría legislativa afín a su proyecto de gobierno. Con la habilitación de 22 diputados suplentes -que desobedecieron a las directrices de los partidos por los que fueron elegidos-, el Congreso reanudó ayer sus sesiones y comenzó a superar así la crisis, en medio de acusaciones de sobornos a los legisladores que se cambiaron de bloque.
La Toma de juramento de los Diputados
La crisis había sido desencadenada por una pugna entre el Congreso y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que terminó con la destitución de 57 diputados que se oponían a la intención de Correa de realizar una consulta popular sobre la convocatoria a una Asamblea Constituyente con amplios poderes para reformar el sistema político y el aparato estatal. Correa, quien pretende insertar a Ecuador en el "socialismo del siglo XXI" que promueve su aliado, el presidente venezolano Hugo Chávez, es acusado por la oposición de ser un "dictador y tirano" y de querer asumir todos los poderes implantando un modelo totalitario. Al igual que la semana pasada, el Congreso amaneció ayer rodeado por más de 1000 policías, en un impresionante operativo de seguridad que el ejecutivo dispuso para evitar el ingreso de los diputados destituidos y prevenir eventuales choques entre sectores afines al gobierno y opositores.
A tono con el gobierno, el líder del Congreso, el hasta ahora opositor Jorge Cevallos, aceptó las remociones de diputados, pese a haberse negado inicialmente a reconocer su validez, y puso en funciones a 22 legisladores suplentes. Los reemplazantes llegaron al Congreso en ómnibus durante la madrugada, en medio de un fuerte dispositivo policial. Algunos de ellos incluso debieron ingresar disfrazados de policías, para burlar la guardia de los manifestantes opositores. Según la prensa local, los 22 legisladores habrían llegado a un acuerdo de separarse de la tendencia de oposición y conformar un "bloque de la dignidad" que apoye los postulados del gobierno. La asunción de los suplentes modificó la correlación de fuerzas en el Congreso, que ahora quedó en manos de una mayoría de centroizquierda adepta a Correa, quien asumió en enero las riendas del país con la promesa de instaurar un sistema socialista y cortar el poder de los partidos.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
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