Lula y su ministro de Energía, Silas Rondeau, quien ahora está en la mira por un caso de sobornos
Foto: Archivo
En el primer escándalo de corrupción del segundo mandato del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, el ministro de Energía de Brasil, Silas Rondeau, fue acusado por la policía de estar vinculado a un grupo de empresas investigadas por fraguar licitaciones públicas, de las cuales se sospecha que habría recibido un soborno de 50.000 dólares. La denuncia contra Rondeau representa para el gobierno una de las derivaciones más complicadas de la llamada Operación Navaja, una amplia redada de la policía federal en la que el jueves último fueron arrestadas 47 personas, entre ellas intendentes, ex gobernadores y familiares de éstos, además de empleados estatales de diversas jerarquías. Como resultado de la operación, realizada simultáneamente en nueve estados y en la capital brasileña, fueron secuestrados también 500 kilos de papeles, computadoras, DVD, CD, agendas, celulares, planillas y libros contables. Los investigadores trabajan con la hipótesis de que funcionarios de primera línea aprobaron en forma irregular la concesión de obras que son parte del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) por un valor estimado en 85 millones de dólares. La principal empresa investigada es Gautama, una constructora con sede en Salvador, capital de Bahía, que recibió 51 millones de dólares en los últimos tres años. Es justamente esa firma la sospechosa de pagar la "comisión" a Rondeau, presuntamente en compensación por la concesión del programa Luz para Todos, que llevó energía eléctrica a poblaciones rurales. La policía dio a conocer un video en el que se ve cómo un asesor directo del ministro recibe un sobre, que supuestamente contendría el dinero, de parte de una secretaria de esa empresa. El ministro de Justicia, Tarso Genro, confirmó ayer la entrega del dinero, aunque dijo no tener convicción sobre la responsabilidad de Rondeau.
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