El primer ministro británico, Tony Blair, se reunió durante una visita sorpresa a Irak con el presidente de ese país, Yalal Talibani, y el primer ministro, Nuri al Maliki, con quienes trató de los avances políticos y la situación de seguridad. En declaraciones a los periodistas después de esa entrevista, que tuvo lugar en el área protegida conocida como la "Zona Verde", Blair dijo que todos habían coincidido en que es necesario un acuerdo "que una a todos en el camino hacia delante". Ese pacto de unidad nacional debe ser reconocido tanto dentro del país árabe como por sus vecinos, que deben respetar "los deseos" del pueblo iraquí, el único que puede decidir sobre su futuro, explicó. "Hay sucesos que ocurren en diferentes partes de Irak que nos dan motivos para la esperanza, para la perspectiva de reconciliación entre la gente, pero es importante que sigamos tomando todas las medidas necesarias contra Al Qaeda o cualquiera que use la violencia y el terrorismo para frustrar el progreso en este país", advirtió.

Blair saluda a un soldado a su llegada a Bagdad. (Foto: AP)
El jefe del Gobierno británico, que dijo no arrepentirse "en absoluto" de haber derrocado al ex presidente iraquí Sadam Husein con la invasión del 2003, insistió en que, pese a la violencia, Irak ha hecho muchos progresos. "La situación de seguridad continúa siendo difícil, pero, por otra parte, hay claros signos de progreso y cambio", aseguró. Blair aterrizó en el aeropuerto internacional de Bagdad, en su séptimo y último viaje al país árabe antes de dejar el Ejecutivo, el próximo 27 de junio, después de diez años en el poder.


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