Un importante esfuerzo por reformar las leyes de inmigración de la nación recibió ayer un golpe potencialmente fatal cuando los senadores votaron en contra de limitar el debate sobre la medida. El líder mayoritario del Senado, Harry Reid, demócrata por Nevada, cumplió su promesa de sacar el proyecto del pleno después del voto de 45-50 en que la mayoría de los republicanos votaron a favor del ''no''. Se necesitaban 60 votos para aprobar el procedimiento. Reid dijo que trataría de que el proyecto fuera aprobado más adelante. ''Espero que pueda encontrar una forma de hacerlo'', dijo, agregando después, ``Quiero terminar este proyecto pero no puedo hacerlo solo. Necesito ayuda''.
Sin embargo, las posibilidades de revivir y finalmente aprobar el proyecto parecían inciertas, pero los que apoyan la reforma insistieron en que podía lograrse. ''Todavía este proyecto está sobre el tapete'', dijo el senador Arlen Specter, republicano por Pennsylvania, uno de los principales republicanos que abogan por la medida. Esta habría permitido que millones de inmigrantes ilegales obtuvieran un estatus legal y posiblemente la ciudadanía después de superar varios obstáculos, incluyendo un periodo de espera y multas. El líder minoritario, senador Mitch McConnel, republicano por Kentucky, dijo que los republicanos querían más tiempo para ofrecer enmiendas y exhortaron a Reid a regresar al problema en el futuro próximo.
''Nos estamos dando por vencidos con este proyecto demasiado pronto'', dijo. ``En mi opinión, pudimos haber terminado con este proyecto en dos días más''. El voto se hizo después que los republicanos y los demócratas no lograron llegar a un acuerdo sobre cuántas enmiendas, y cuáles, serían permitidas en el pleno. Reid culpó a los republicanos por rehusar votar para limitar el debate sobre el proyecto, después de dos semanas de discusión. La medida fue respaldada por la Casa Blanca y el presidente Bush ha estado cabildeando tenazmente para su aprobación.
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