El Presidente festejó anoche en privado, detrás de los muros de la quinta de Olivos. “Daniel, dale para adelante que ahora vamos por el ballottage”, dijo anoche Kirchner cuando llamó a Filmus para felicitarlo por haber conseguido el segundo lugar. El ministro de Educación estaba en medio de otro festejo: en la habitación 1607 del hotel Panamericano, el búnker oficialista, medio Gobierno lo abrazaba. Afuera lo esperaba una torta por su cumpleaños (52), que sopló frente a los hombres de Kirchner. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sonreía. “Néstor sabe cuánto pusimos en esto”, decía, mientras ya planteaba la primera definición: “Empieza otra campaña; es otra. Ahora Mauricio va a dejar de ser Mauricio para ser Macri; ahora es él contra Filmus, nuestro modelo contra lo que él representa”. Cristina Kirchner se preparaba para regresar a Olivos. Había salido al balcón con Filmus y con el vicepresidente y candidato a gobernador bonaerense, Daniel Scioli. Nadie habló, sólo saludaron a los militantes que estaban en la calle. Cristina Kirchner sólo sonrió y levantó la mano derecha, un gesto habitual. No hizo falta porque lo que se había buscado era la imagen. "Cristina sintetiza a Néstor. Ella es la posible candidata y lo que quisimos mostrar fue el apoyo total a Filmus", afirmó después el jefe de Gabinete, principal impulsor de la candidatura de Filmus.
Después de los empujones en el balcón del segundo piso del hotel donde el kirchnerismo festejó el segundo lugar, los hombres del Presidente empezaban a soñar con la posibilidad de descontar en tres semanas los casi 22 puntos de ventaja que sacó ayer Macri. Un ministro ya le daba anoche instrucciones a uno de los encuestadores que trabajan para el Gobierno para que se pusiera a trabajar en el ballottage. En un principio se había especulado con la llegada del Presidente. Pero se decidió luego que el lugar era para su esposa. Kirchner había seguido todos los detalles de las elecciones porteñas desde Olivos y habló todo el día por teléfono con sus hombres. Ya desde el mediodía empezó a sonreír cuando le decían que su candidato había conseguido un lugar para la segunda vuelta. Kirchner tenía una doble satisfacción personal: su hombre será el rival de Macri el domingo 24 y hería de muerte, según las palabras de todos sus hombres de confianza, el proyecto presidencial de Elisa Carrió, que buscaba afianzarse detrás de la fallida candidatura de Jorge Telerman.
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