En 1997, con 43 años, fue el político británico más joven en alcanzar el cargo de premier y simbolizaba la renovación, los vientos de cambio, el inicio de una nueva etapa. Tras diez años en la cúspide del poder, Tony Blair abandonará la residencia oficial de Downing Street con la experiencia de un veterano político con muchas batallas en su haber: desde la paz en Irlanda del Norte hasta la guerra de Irak y los atentados de Londres; desde los logros económicos y la modernización del laborismo hasta las recientes acusaciones de corrupción. El carisma y el poder de convicción de Blair tienen mucho que ver en su extenso recorrido político, que comenzó a mediados de los años 70, cuando terminó sus estudios y se inscribió en el Partido Laborista. A partir de ahí comenzó el irresistible ascenso de Blair, que se convirtió en el líder partidario en 1994 e inició un proceso de renovación que desembocó en el New Labour (Nuevo Laborismo). Al cabo de tres años como jefe de su agrupación, ganó las elecciones y puso fin a 18 años de hegemonía tory. Como premier, Blair reactivó el estancado proceso de paz en Irlanda del Norte. Si bien consiguió poner fin al terrorismo del IRA, también vio cómo su país sufría el primer atentado del fundamentalismo islámico, el 7 de julio de 2005. Muchos vincularon ese ataque con la presencia británica en Irak, y no le perdonaron haber apoyado a la Casa Blanca en su guerra contra el terrorismo. Hoy, con tres victorias electorales consecutivas en su historial, Blair se prepara para abandonar el poder, convencido de haber hecho "lo correcto".
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
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