La entrada en vigor del racionamiento de gasolina a los conductores impuesta por el Gobierno iraní desde este miércoles, anunciada un día antes, ha provocado en la capital del país protestas contra el Gobierno y disturbios en varias gasolineras. Irán, segundo productor de petróleo mundial, pese a sus grandes reservas, tiene que importar alrededor del 40% de la gasolina que consume debido a su escasa capacidad de refinamiento, un asunto que preocupa a las autoridades ahora que la comunidad internacional amenaza con nuevas sanciones a Teherán por su programa nuclear. Una gasolinera de Pounak, un área pobre de la capital, ha ardido con varios coches dentro. En esta misma protesta, un grupo de jóvenes ha lanzado piedras y ha coreado lemas como "Pistolas, tanques, Ahmadineyad debe morir", según testigos en la zona.
Otros testigos han asegurado que la policía ha rodeado la zona para expulsar a los manifestantes. Además, después del anuncio del racionamiento, algunos medios han informado de escaramuzas en gasolineras entre conductores que trataban de llenar el depósito, dado que el racionamiento empezará a medianoche, según una nota del ministerio del Petróleo. Las importaciones son una gran carga para las arcas del Estado, porque todo el combustible, tanto el importado como el producido en el país, está fuertemente subvencionado. Pese al alza este año de un 25%, la gasolina sigue a un precio de 0,9 céntimos de euro el litro, uno de los más bajos del mundo. Los productores de petróleo dijeron antes del anuncio del racionamiento que no veían indicios de que Irán fuera a reducir sus importaciones, aunque el racionamiento se llevase a cabo. Irán consume más de 75 millones de litros al día, una cifra que ha crecido un 10% al año, impulsada por las necesidades de importación.
Fuente: Diario El Mundo de España
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