La Asamblea Constituyente lleva cuatro días en coma y nadie ve recetas que puedan sacarla de su agonía. Es más, desde el miércoles, el cuadro tiende a complicarse y en lugar de ofrecer soluciones, los actores ejercen más presión.
Y es que desde que 134 asambleístas decidieron sacar de la discusión por mayoría absoluta el reclamo chuquisaqueño por el retorno de los poderes a Sucre, el cónclave se ha metido en una encrucijada de la que es prácticamente imposible salir: si el Movimiento Al Socialismo decide volver sobre sus pasos y anular la resolución, perderá un tercio de su bancada ya que los paceños se replegarán, pero si insiste en continuar con la Asamblea, las presiones sobre el foro pueden hacer que éste fracase.
Y, hasta el momento, la decisión es avanzar y no se plantean dar un paso atrás ni para tomar impulso. Según René Navarro, vocero del oficialismo, la bancada ha resuelto seguir adelante, dialogar con Sucre y aprobar los cambios estructurales de la nueva Constitución. “Los representantes de Sucre pueden plantear la reconsideración o la justificación del voto. Sé que es muy difícil que la resolución cambie, pero por lo menos habrá debate sobre el tema capitalidad, que es una de las intenciones de Sucre”, dijo.
Los chuquisaqueños no piensan en pedir la reconsideración. Según explica Jaime Hurtado (Podemos), entrar a la reconsideración implica votación y, a la vez, validar la resolución ganada por La Paz por mayoría absoluta. Lo que ellos plantean es la nulidad de la plenaria por tener más de 11 violaciones al reglamento de debates, la Constitución y las leyes que rigen la Asamblea Constituyente.
Todo esto pone en duda, incluso, que la Asamblea continúe en Sucre. Pese a que el prefecto chuquisaqueño, David Sánchez, y el resto de las autoridades hablan de garantía.
El cabildo del pasado viernes dio plazo hasta el jueves 23 de agosto para que la Constituyente deje sin efecto la resolución, renuncien la presidenta, Silvia Lazarte, y el primer vicepresidente, Roberto Aguilar, y se garantice que habrá una nueva Constitución, aprobada por dos tercios de votos, hasta el 14 de diciembre.
Navarro se apura a poner cosas en claro: “Con ultimátum, la Asamblea no marcha. El MAS ha resuelto continuar la Constituyente en Sucre, para nosotros la sede de la Asamblea es inamovible, pero lo político es cambiante, por lo que pedimos garantías a Sucre”, dijo.
Ahora no basta con convencer a Sucre. Eduardo Yáñez (MNR) explica que los asambleístas han comprendido que ha llegado el momento que más allá de una decisión con colores políticos, los asambleístas deben tomar decisiones regionales. “Debemos establecer una alerta al pueblo boliviano de lo que puede suceder si es que el MAS y parte de la directiva no corrigen su conducta al interior de la Asamblea. Si no meditan, nos van a obligar a los asambleístas de Beni y Pando a tomar decisiones drásticas que va a dañar definitivamente la continuidad de la Asamblea, va a dañar al pueblo boliviano. Pero todo esto será de absoluta responsabilidad del MAS y si no lo corrige, nosotros no nos vamos a prestar a darle continuidad a la Asamblea”, dijo. A lo que Yáñez le dice “decisiones drásticas” es un repliegue de la Asamblea Constituyente.
Él, junto al resto de los representantes de Beni, participará mañana de una reunión con los cívicos y autoridades de su departamento, en la que lo más probable es que decidan darle ‘una última oportunidad al MAS’ antes de abandonar la Constituyente.
Continue leyendo el artículo del diario Los Tiempos de Cochabamba de Bolivia
Y es que desde que 134 asambleístas decidieron sacar de la discusión por mayoría absoluta el reclamo chuquisaqueño por el retorno de los poderes a Sucre, el cónclave se ha metido en una encrucijada de la que es prácticamente imposible salir: si el Movimiento Al Socialismo decide volver sobre sus pasos y anular la resolución, perderá un tercio de su bancada ya que los paceños se replegarán, pero si insiste en continuar con la Asamblea, las presiones sobre el foro pueden hacer que éste fracase.
Y, hasta el momento, la decisión es avanzar y no se plantean dar un paso atrás ni para tomar impulso. Según René Navarro, vocero del oficialismo, la bancada ha resuelto seguir adelante, dialogar con Sucre y aprobar los cambios estructurales de la nueva Constitución. “Los representantes de Sucre pueden plantear la reconsideración o la justificación del voto. Sé que es muy difícil que la resolución cambie, pero por lo menos habrá debate sobre el tema capitalidad, que es una de las intenciones de Sucre”, dijo.
Los chuquisaqueños no piensan en pedir la reconsideración. Según explica Jaime Hurtado (Podemos), entrar a la reconsideración implica votación y, a la vez, validar la resolución ganada por La Paz por mayoría absoluta. Lo que ellos plantean es la nulidad de la plenaria por tener más de 11 violaciones al reglamento de debates, la Constitución y las leyes que rigen la Asamblea Constituyente.
Todo esto pone en duda, incluso, que la Asamblea continúe en Sucre. Pese a que el prefecto chuquisaqueño, David Sánchez, y el resto de las autoridades hablan de garantía.
El cabildo del pasado viernes dio plazo hasta el jueves 23 de agosto para que la Constituyente deje sin efecto la resolución, renuncien la presidenta, Silvia Lazarte, y el primer vicepresidente, Roberto Aguilar, y se garantice que habrá una nueva Constitución, aprobada por dos tercios de votos, hasta el 14 de diciembre.
Navarro se apura a poner cosas en claro: “Con ultimátum, la Asamblea no marcha. El MAS ha resuelto continuar la Constituyente en Sucre, para nosotros la sede de la Asamblea es inamovible, pero lo político es cambiante, por lo que pedimos garantías a Sucre”, dijo.
Ahora no basta con convencer a Sucre. Eduardo Yáñez (MNR) explica que los asambleístas han comprendido que ha llegado el momento que más allá de una decisión con colores políticos, los asambleístas deben tomar decisiones regionales. “Debemos establecer una alerta al pueblo boliviano de lo que puede suceder si es que el MAS y parte de la directiva no corrigen su conducta al interior de la Asamblea. Si no meditan, nos van a obligar a los asambleístas de Beni y Pando a tomar decisiones drásticas que va a dañar definitivamente la continuidad de la Asamblea, va a dañar al pueblo boliviano. Pero todo esto será de absoluta responsabilidad del MAS y si no lo corrige, nosotros no nos vamos a prestar a darle continuidad a la Asamblea”, dijo. A lo que Yáñez le dice “decisiones drásticas” es un repliegue de la Asamblea Constituyente.
Él, junto al resto de los representantes de Beni, participará mañana de una reunión con los cívicos y autoridades de su departamento, en la que lo más probable es que decidan darle ‘una última oportunidad al MAS’ antes de abandonar la Constituyente.
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