La Casa Blanca proyecta utilizar un informe sobre Irak que se presentará ante el Congreso el mes próximo para redactar un plan que conduzca a la reducción gradual de tropas estadounidenses en el país árabe a partir del próximo año. Según informó The New York Times , la medida no lograría satisfacer a los legisladores demócratas que controlan el Congreso y que han pedido la retirada de todas las unidades de combate para comienzos del año que viene. El diario citó una fuente anónima de la Casa Blanca que señaló que el plan intenta reducir el descontento de la población con la guerra y neutralizar la presión para una retirada total. Aunque el proyecto todavía no está finalizado, The New York Times señaló que la idea es que el número de soldados se sitúe en torno al nivel en el que se encontraba antes de que la Casa Blanca aprobase el despliegue adicional de tropas, lo que permitirá que el contingente militar estadounidense en Irak alcance la cifra récord de 170.000 soldados durante los próximos meses. Antes de que se sumasen los refuerzos, la cifra de soldados rondaba los 130.000. El proyecto en discusión buscaría que la presencia militar norteamericana en Irak se prolongue por lo menos hasta la finalización de la presidencia de Bush.
Las fuentes consultadas por el diario insisten en que la Casa Blanca presentará el plan como una nueva estrategia para Irak, un mensaje con el que tratarán de aplacar el descontento de los legisladores republicanos que han criticado al presidente George W. Bush por su manejo del conflicto bélico. Funcionarios que participan en la redacción del nuevo plan dijeron a The New York Times que la Casa Blanca insistirá en que el incremento de soldados decretado por Bush permitió una mayor seguridad en el país, menor violencia sectaria y una merma en los ataques suicidas, al tiempo que sentó las bases para un nuevo planteamiento que conducirá a la reducción de tropas a partir de 2008.
Según el diario, el gobierno estadounidense aprovechará también la ocasión para hacer hincapié en que los intereses vitales de Estados Unidos en Irak y Medio Oriente requieren la presencia de soldados estadounidenses en la región. La Casa Blanca insistirá, además, en un viejo argumento: el de que una rápida retirada sería catastrófica para Estados Unidos y sus aliados regionales. Bush no tomaría una decisión sobre la magnitud del recorte de tropas hasta que el jefe de las fuerzas militares estadounidenses en Irak, el general David Petraeus, complete su evaluación sobre la situación en la zona.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
Las fuentes consultadas por el diario insisten en que la Casa Blanca presentará el plan como una nueva estrategia para Irak, un mensaje con el que tratarán de aplacar el descontento de los legisladores republicanos que han criticado al presidente George W. Bush por su manejo del conflicto bélico. Funcionarios que participan en la redacción del nuevo plan dijeron a The New York Times que la Casa Blanca insistirá en que el incremento de soldados decretado por Bush permitió una mayor seguridad en el país, menor violencia sectaria y una merma en los ataques suicidas, al tiempo que sentó las bases para un nuevo planteamiento que conducirá a la reducción de tropas a partir de 2008.
Según el diario, el gobierno estadounidense aprovechará también la ocasión para hacer hincapié en que los intereses vitales de Estados Unidos en Irak y Medio Oriente requieren la presencia de soldados estadounidenses en la región. La Casa Blanca insistirá, además, en un viejo argumento: el de que una rápida retirada sería catastrófica para Estados Unidos y sus aliados regionales. Bush no tomaría una decisión sobre la magnitud del recorte de tropas hasta que el jefe de las fuerzas militares estadounidenses en Irak, el general David Petraeus, complete su evaluación sobre la situación en la zona.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires


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