Tres meses después de la ruptura oficial del "alto el fuego permanente", ETA ha reaparecido esta madrugada colocando un potente coche bomba junto a la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Durango (Vizcaya). La explosión ha herido levemente a dos agentes, que ya han sido dados de alta, y ha causado cuantiosos daños materiales en los edificios colindantes y en los coches patrulla. Los terroristas han huido del lugar en otro coche, que han hecho estallar en Amorebieta, a unos 11 kilómetros de Durango, para eliminar huellas. Según el director de la Guardia Civil y la Policía, Joan Mesquida, que se ha desplazado a Durango, la furgoneta, una Citröen C-15 robada dos días antes en Vizcaya y con matrícula de San Sebastián, estaba cargada con entre 80 y 100 kilos de un explosivo "de tipo medio" por determinar. Igualmente, ha confirmado que el coche en el que los terroristas se han dado a la fuga y han detonado en Amorebieta tenía una matrícula portuguesa doblada, lo que hace pensar a los cuerpos de seguridad que los terroristas tengan algún tipo de "infraestructura" en Portugal, así como en Vizcaya.
Eliminar huellas
Mesquida ha relatado que el atentado ha sido perpetrado por varios activistas. Uno de ellos, encapuchado, ha aparcado la furgoneta Citröen C-15 -marcha atrás, para que la onda expansiva apuntara al cuartel- en la parte de atrás de la casa-cuartel, fuera de su perímetro de seguridad y ha emprendido la huida en otro coche, un SEAT con matrícula falsa portuguesa, donde le esperaba otra persona. El agente de guardia, que visionaba los monitores de seguridad, ha intentado activar un perturbador de señales al ver al encapuchado, pero no le ha dado tiempo y el coche bomba ha estallado, causando cuantiosos daños materiales en el cuartel y en los edificios colindantes. Como es habitual en atentados de ETA contra cuarteles de la Guardia Civil, no ha habido aviso previo.


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