viernes, agosto 24, 2007

Para EE.UU., peligra el gobierno iraquí

Un día después de que el presidente George W. Bush respaldara públicamente al debilitado premier iraquí, Nouri al-Maliki, los servicios de inteligencia norteamericanos advirtieron ayer que las autoridades de Bagdad son "incapaces de gobernar de manera efectiva" y de estabilizar el país, azotado por una creciente violencia sectaria. Estas conclusiones se desprenden de un informe consensuado por las 16 agencias de inteligencia de Estados Unidos, que pronosticaron que la incesante ola de atentados que golpea a Irak y que ayer dejó un saldo de más de 30 muertos, se mantendrá a un nivel elevado. "Los líderes iraquíes siguen siendo incapaces de gobernar de manera efectiva", señaló el nuevo informe, que también advirtió que la situación del gobierno se tornará más precaria "durante los próximos seis a 12 meses". "Las dificultades en la situación de seguridad y la ausencia de líderes clave" han estancado el debate político interno, han obstaculizado las decisiones políticas y "han incrementado la vulnerabilidad de Al-Maliki", añadió el documento.
Esta última versión de la "Evaluación Nacional de Inteligencia" sobre Irak, tiene un tono fuertemente crítico y es muy cauteloso cuando se trata de destacar los aspectos positivos de la situación. Reconoció que la estrategia militar de la Casa Blanca produjo "mejoras tangibles, pero desiguales" en materia de seguridad, concretamente en ciertas áreas en las que se ha logrado incluir a sunnitas en las fuerzas de seguridad, y citó también "mejoras modestas" en el campo económico. Otra de las conclusiones del texto es que las fuerzas de seguridad iraquíes han evolucionado "adecuadamente", aunque su limitado progreso no es aún suficiente como para que puedan dirigir operaciones "sin la ayuda de las fuerzas de la coalición". Por eso concluyó, en consonancia con la Casa Blanca, que una retirada estadounidense agravaría el caos.
El documento advierte, como ya lo han hecho comandantes sobre el terreno, que los insurgentes pueden impulsar ataques a gran escala como la del "mini-Tet", planificada por el gobierno de Vietnam del Norte en 1968 contra las fuerzas norteamericanas durante la guerra de Vietnam. Frente a este panorama lleno de claroscuros, los servicios de inteligencia no ocultaron su temor a que el país en guerra termine de sumergirse en el caos. "Es poco probable que surjan los ampliamente aceptados compromisos requeridos para mantener la seguridad, el progreso político a largo plazo y el desarrollo económico, a menos que exista un cambio fundamental en los factores que conducen los temas políticos y de seguridad en Irak", indicó el informe. En febrero pasado, una evaluación de los servicios secretos advirtió que si la violencia cedía, los líderes iraquíes estarían en condiciones de lograr una reconciliación política en 12 o 18 meses. Desde entonces, Estados Unidos ha enviado 30.000 soldados adicionales con la misión principal de detener la violencia en Bagdad. Sin embargo, esto pudo haber provocado un incremento de ataques insurgentes en el interior del país, entre ellos el peor de la historia de Irak, que la semana pasada dejó alrededor de 500 muertos en el Noroeste. La reconciliación, aún lejana En los últimos tiempos, también se multiplicaron las críticas a Al-Maliki por no haber logrado aprobar las legislaciones que deberían ayudar a la reconciliación ente sunnitas y chiitas. Ante una situación cada día más inestable, Bush manifestó esta semana su frustración por la gestión del gobierno iraquí, aunque luego, en un discurso pronunciado anteayer, expresó su apoyo al premier y dijo que era "un buen hombre con un trabajo difícil".
En ese discurso, Bush comparó la actual guerra de Irak con la guerra de Vietnam para justificar la permanencia de las tropas en el país árabe, analogía que ayer encendió una viva polémica. El ex candidato presidencial y actual senador demócrata John Kerry calificó la tesis defendida por Bush de "irresponsable e ignorante". Después de la difusión del nuevo informe de inteligencia, el vocero de Seguridad Nacional del gobierno, Gordon Johndroe, dijo que a la Casa Blanca aún le esperan "duros desafíos por delante", aunque vio "signos alentadores" en cuanto a seguridad. "El informe confirma lo que la mayoría de los estadounidenses sabe: nuestras tropas están empantanadas en una guerra civil y la estrategia de escalada [militar] del presidente no obtuvo los resultados políticos que les prometió a nuestras tropas y al pueblo norteamericano", dijo, por su parte, el líder demócrata en el Senado, Harry Reid.

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