Hace mas de veinte años, el célebre politólogo Juan Linz temía que muchas de las nuevas democracias no se parecían a las democracias avanzadas. El modelo de \'democradura\' (similar a una \'dictablanda\') es un modelo político entre la dictadura y la democracia. Para Linz y otros muchas de las democracias en Latinoamérica padecían de instituciones y sociedad civil que fortalecieran una democracia liberal. Aquí hablamos no del liberalismo económico, sino del liberalismo político y social. Este argumento se basaba en la convicción de que la democracia depende no sólo de mayorías electorales, sino también de normas que evitan la creación de hegemonías políticas, económicas, o sociales.
Claramente, ese deseo fracasó en Bolivia. Durante veinte años de democracia, el país vivía una democracia representativa pero restringida. Los partidos políticos de esa época (principalmente MNR, ADN y MIR) controlaban el escenario político y a su vez fueron controlados por personalidades (Sánchez de Lozada, Banzer y Paz Zamora). Las reformas de los años 90-especialmente la Participación Popular-fueron intentos de mejorar la calidad de la democracia boliviana. Pero quedaron chicas. La explosión social durante el último gobierno de Sánchez de Lozada demostró un fuerte rechazo a ese estilo de la política.


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