jueves, agosto 30, 2007

Un informe oficial acusa a la universidad de alertar tarde en la matanza de Virginia

Un informe oficial critica a los responsables de la Virginia Tech University, el centro educativo en el que un estudiante armado asesinó a 32 personas el pasado mes de abril, y les acusa de haber tardado demasiado en emitir una alerta, según avanza el diario 'The New York Times'. El estudio, impulsado por el gobernador Tim Kaine, asegura que se podrían haber salvado vidas si la universidad hubiese lanzado una alerta o hubiese cancelado clases después de que el asesino, Cho Seung-hui, disparase a sus dos primeras víctimas en un bloque residencial en la mañana del 16 de abril.







Dos horas después, el estudiante de origen coreano se dirigió a otra zona del campus y acabó con la vida de otras 30 personas, entre estudiantes y profesores, disparándoles en un edificio de aulas. La matanza terminó con su suicidio. El informe, que se hará público en el día de hoy, afirma que los servicios de seguridad de la universidad resolvieron prematuramente que su tesis inicial sobre los primeros asesinatos era correcta. Además, la policía siguió la pista de un falso sospechoso y dieron por hecho que ya no estaba en el campus. "No se tuvieron las precauciones necesarias para el caso de que su hipótesis inicial fuese errónea", asevera el informe elaborado por ocho personas entre las que se encuentra el ex secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Tom Ridge.

Sin embargo, concluye que un cierre total del campus después de los dos primeros asesinatos no hubiese detenido a Cho Seung-hui, quien "se había propuesto llevar a cabo una fantasía de revancha". Una nota de la universidad anunciaba la pasada semana su intención de reforzar la atención psicológica a los estudiantes afectados y su plan para hacer un seguimiento de los estudiantes violentos. El informe oficial acusa a la Virginia Tech de ignorar numerosos síntomas de los problemas de Cho Seung-hui al malinterpretar la legislación federal sobre privacidad y entender que ésta prohibía cualquier intercambio de información sobre la salud mental de los estudiantes.

Según el informe, la policía del campus estaba al corriente del extraño comportamiento del asesino y de su paso por un centro psiquiátrico, pero esta información no llegó al personal de la universidad encargado de trabajar con alumnos conflictivos. En contra de lo que creían los responsables del centro educativo, las leyes federales sobre privacidad autorizan a la policía local, estatal y del campus la comunicación de estudios mentales, según el informe. Aunque las motivaciones del asesino siguen sin ser claras, el informe remonta sus fantasías a la matanza de Columbine en 1999, en la que dos estudiantes mataron a 13 personas en un instituto. Años antes de protagonizar su propia masacre, Cho Seung-hui había escrito en un ejercicio para la clase de Inglés en el que decía que "quería repetir Columbine", a partir de lo cual recibió terapia psicológica y medicación, según recuerda el informe.

Fuente: Diario El Mundo de España

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