El Dalai Lama ha anunciado que dejará de ser el líder tibetano si la violencia no cesa en Tíbet. “Si las cosas siguen fuera de control, mi única opción es abandonar por completo”, ha dicho el Dalai Lama en una rueda de prensa en Dharamsala, al norte de India, donde mantiene su exilio desde 1959.
El líder espiritual tibetano ha negado asimismo las acusaciones de Pekín que le responsabilizan de orquestar los disturbios en los que habrían muerto decenas de personas en Lhasa. “Cualquier investigación será bienvenida”, ha dicho en relación al dedo acusador chino. “Se pueden comprobar varias de nuestras oficinas. Pueden examinar mi pulso, mi orina, mis deposiciones, todo”, ha añadido el Dalai Lama para defenderse.
El anuncio del líder tibetano llega poco después de que Pekín ha cargado contra él y ha pedido que se le investigase. El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha acusado al guía espiritual de alentar los enfrentamientos que están teniendo lugar en Lhasa y otros puntos de Tíbet donde han perdido la vida decenas de personas, al tiempo que defendió la posición del Gobierno en Lhasa.
"Es más que evidente que este incidente es organizado, premeditado, planeado e incitado por la camarilla de Dalai Lama", ha señalado Wen ante los periodistas. Previamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino había comunicado que las autoridades de su país tienen “claras evidencias” de la responsabilidad del Dalai Lama.
Con el uso de la fuerza, la situación en Tíbet se ha calmado pero parece lejos de normalizarse. El ultimátum dado por Pekín para que se entregasen los autores de las manifestaciones de los pasados días ha expirado y, desde anoche, la policía china recorre casa por casa la localidad de Lhasa para detener a sospechosos de participar en los disturbios.
La agencia Reuters informa que al menos 30 personas han sido detenidas desde el fin del requerimiento gubernamental, entre ellos una docena de monjes budistas que mantenían sus protestas pacíficas en el monasterio de Dinka, cerca de Lhasa. Según informó Radio Free Asia (RFA), la policía ha detenido “cientos” de personas, entre ellas antiguos presos políticos, desde el fin de semana y hasta esta pasada noche, una vez expirado el ultimátum. Pekín garantizaba la clemencia para quienes se entregasen y castigos severos a los que no lo hicieran.
Mientras, el Gobierno tibetano en el exilio ha anunciado que tiene confirmados un total de 99 muertos en los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad chinas y los manifestantes tibetanos. El balance anterior ofrecido por los tibetanos era de 80. Además, han asegurado que 19 manifestantes han muerto hoy en la provincia china de Gansu.
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El líder espiritual tibetano ha negado asimismo las acusaciones de Pekín que le responsabilizan de orquestar los disturbios en los que habrían muerto decenas de personas en Lhasa. “Cualquier investigación será bienvenida”, ha dicho en relación al dedo acusador chino. “Se pueden comprobar varias de nuestras oficinas. Pueden examinar mi pulso, mi orina, mis deposiciones, todo”, ha añadido el Dalai Lama para defenderse.
El anuncio del líder tibetano llega poco después de que Pekín ha cargado contra él y ha pedido que se le investigase. El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha acusado al guía espiritual de alentar los enfrentamientos que están teniendo lugar en Lhasa y otros puntos de Tíbet donde han perdido la vida decenas de personas, al tiempo que defendió la posición del Gobierno en Lhasa.
"Es más que evidente que este incidente es organizado, premeditado, planeado e incitado por la camarilla de Dalai Lama", ha señalado Wen ante los periodistas. Previamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino había comunicado que las autoridades de su país tienen “claras evidencias” de la responsabilidad del Dalai Lama.
Con el uso de la fuerza, la situación en Tíbet se ha calmado pero parece lejos de normalizarse. El ultimátum dado por Pekín para que se entregasen los autores de las manifestaciones de los pasados días ha expirado y, desde anoche, la policía china recorre casa por casa la localidad de Lhasa para detener a sospechosos de participar en los disturbios.
La agencia Reuters informa que al menos 30 personas han sido detenidas desde el fin del requerimiento gubernamental, entre ellos una docena de monjes budistas que mantenían sus protestas pacíficas en el monasterio de Dinka, cerca de Lhasa. Según informó Radio Free Asia (RFA), la policía ha detenido “cientos” de personas, entre ellas antiguos presos políticos, desde el fin de semana y hasta esta pasada noche, una vez expirado el ultimátum. Pekín garantizaba la clemencia para quienes se entregasen y castigos severos a los que no lo hicieran.
Mientras, el Gobierno tibetano en el exilio ha anunciado que tiene confirmados un total de 99 muertos en los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad chinas y los manifestantes tibetanos. El balance anterior ofrecido por los tibetanos era de 80. Además, han asegurado que 19 manifestantes han muerto hoy en la provincia china de Gansu.
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